EDUCACIÓN

Olimpiadas Maristas: la deportividad se aprende

El Colegio Liceo Castilla acogió la XXVI edición de este encuentro con el brillo del juego limpio de los mil alumnos participantes

Imagen de uno de los encuentros celebrados en el Colegio Liceo Castilla de Burgos R. ORDÓÑEZ

PEDRO SEDANO

LA competición no está reñida con la deportividad. Ese es el punto de partida que ha llevado a los organizadores de las XXVI Olimpiadas Maristas de la Provincia Compostela (Castilla y León, Asturias, Galicia y Portugal) a estrenar la «tarjeta blanca» que premia el juego limpio. Y ha sido un éxito. Durante las olimpiadas, del 12 al 14 de abril en el Liceo Castilla de Burgos, se han sacado decenas de tarjetas blancas en varias disciplinas deportivas.

El Colegio Liceo Castilla de Burgos acogió en esta edición las Olimpiadas Maristas que cada curso se celebran en un centro de la Provincia Marista Compostela. Un millar de alumnos de las tres regiones españolas de la provincia Marista y de Portugal, además de invitados de Extremadura, de doce colegios, compitieron en siete deportes. Los equipos, masculinos y femeninos, formados por alumnos de 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato, compitieron en fútbol sala, baloncesto, voleibol, bádminton, tenis de mesa, natación y atletismo.

Pero, más allá de los resultados, la atención estaba puesta en la nueva «tarjeta blanca», pensada para promover los valores educativos del deporte, el trabajo en equipo y el juego limpio. Por eso, independientemente de quien haya ganado o perdido cada encuentro, se han reconocido también las actuaciones de aquellos jugadores o equipos que han destacado por su compañerismo y su buen hacer en las canchas deportivas.

El juego limpio ha triunfado en las XXVI Olimpiadas Maristas que se clausuraron con la entrega, entre otros galardones, del Premio a la Deportividad, que recibió el Colegio Champagnat de Salamanca. Una difícil selección, puesto que a lo largo de los tres días de competiciones se mostraron decenas de «tarjetas blancas» en reconocimiento al trabajo en equipo, compañerismo y valores deportivos demostrados en las diferentes competiciones. La idea es que no solo se saquen tarjetas amarillas o rojas para sancionar malos comportamientos o acciones en el campo, sino ofrecer una interpretación en positivo de los valores en el juego. «Se trata de que los chavales aprendan que es bueno competir, pero siempre desde la deportividad y el juego limpio, que son más importantes que ganar», ha explicado Emilio José Ruiz, coordinador de deportes del Liceo Castilla y de la olimpiada.

A las decenas de «tarjetas blancas» que se sacaron durante las olimpiadas se suman las que se habían concedido ya simbólicamente a todos los voluntarios que han estado meses trabajando para que las Olimpiadas Maristas se hayan podido celebrar en el colegio Liceo Castilla. Alumnos de últimos cursos, familias y profesores se han volcado en la organización de este evento y para facilitar la acogida al millar de alumnos participantes que, además de competir, han tenido la oportunidad de conocer la ciudad de Burgos y vivir unos días de convivencia.

Destino Portugal

En la clausura se anunció el destino de la edición del año que viene. Será el Colegio Marista de Carcavelos (Portugal). El director del Colegio Liceo Castilla de Burgos, Jesús Javier Martín, entregó la bandera olímpica al delegado portugués y clausuró las Olimpiadas ensalzando «el triunfo del juego limpio» y los valores demostrados por todos los participantes. Además, Martín agradeció el trabajo «imprescindible» de todos los voluntarios. Era el colofón a unas olimpiadas que contaron en su inauguración con dos invitadas de lujo: la piloto de rallys Cristina Gutiérrez y la atleta paralímpica Purificación Santamarta. Tanto Cristina Gutiérrez, ex alumna del centro y piloto burgalesa en el Dakar, como Purificación Santamarta, la mejor atleta paralímpica española de todos los tiempos, resaltaron precisamente en la inauguración los «valores del deporte» y animaron a los alumnos a «luchar mucho» pero también a «disfrutar», porque «todos los deportistas son importantes». En esta línea, el director del Liceo Castilla, Jesús Javier Martín, y el Provincial de Maristas Compostela, Tomás Briongos, recordaron que las olimpiadas son «días para competir pero también para crecer y tejer comunidad, que es lo que importa».

Santamarta portó la antorcha olímpica de Barcelona 92 que, en una alegoría a la evolución humana, llevó hasta la gran llama ubicada en el centro del Polideportivo abarrotado por los participantes y alumnos del Liceo Castilla. Era la señal de inicio de las olimpiadas del juego limpio.

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