Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Autos de fe

«A la Plaza Mayor de Valladolid le sobraba un parking desde hace años y este nuevo Ayuntamiento lo ha querido arreglar haciéndolo más visible todavía. Para terminar de disimularlo le han erigido unos respiraderos rojo PSOE»

Respiraderos del parking de la Plaza Mayor de Valladolid ABC

Guillermo Garabito

Por la Plaza Mayor pasa la vida y pasa el mundo. Por esta de Valladolid con más razón que por ninguna. Le pusieron balcones para ver atardecer los siglos de rosa. La Plaza Mayor es el centro de la civilización de un Valladolid civilizado. De una Valladolid quemada y reconstruida cuando Felipe II, de una Valladolid con resaca de imperio y de Corte y de una ciudad, después, pasada por la piqueta. Por la Plaza Mayor ha pasado la Inquisición y han pasado los coches. Esta Plaza donde se miran el resto de las plazas del mundo.

En España lo que mejor se nos da es dejar las cosas a medias. Esa es nuestra visión del mundo. Descubrimos América y dejamos la empresa empezada y en manos de los ingleses. En Valladolid Juan de Herrera nos levantó una catedral a medias como recordatorio mayor que lo nuestro son las cosas a la mitad, entre el ser y no ser. Y así nos la dejó cuando se fue a levantar El Escorial. Porque una tarde le llamó Felipe y le dijo que a ver si le construía un rincón a donde escaparse en la sierra, que el verano en Madrid ya se sabe. Lo que no le dijo el monarca es de cuántas habitaciones quería el capricho y allí le lió. El Habsburgo, que fue un visionario anterior a Jesús Gil... ¡Ya no se construye como antes!

Que se lo digan a nuestra Plaza Mayor, que no estaba a medias pero parió un parking de sus tripas porque a alguien le pareció una buena idea. Así pasamos de los autos de fe a los autos de choque. Antes se edificaban catedrales y ahora construimos hacia abajo, como para esconder el futuro por la vergüenza. A la Plaza Mayor de Valladolid le sobraba un parking desde hace años y este nuevo Ayuntamiento lo ha querido arreglar haciéndolo más visible todavía. Para terminar de disimularlo le han erigido unos respiraderos rojo PSOE que parecen la mascota de un mundial. Unas chimeneas que sólo podrían ser más feas si las hubiera concebido Gabarrón.

Por la Plaza Mayor, con sus columnas apuntalando el tiempo, hacen nido los vencejos. La Plaza Mayor de Valladolid es un salón de pasos perdidos.

La Real Academia de Bellas Artes ha pedido explicaciones por el atropello patrimonial. A quién se le ocurre pedir explicaciones en los tiempos que corren. Sobre todo, y aunque no parezca que vaya a ser el caso, por si se las dan. Los reyes antaño aspiraban a legar estatuas ecuestres, ciudades, catedrales, monasterios, indios con derechos y libertades. Y ahora los alcaldes -como sólo puede estar en el cargo por designio de Dios y de los votantes ocho años, según Cs- únicamente saben transmitir, como idea de ciudad, unos respiraderos que parece que los hubieran subastado en ARCO.

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