El acusado de asesinar a un joven en Las Navas del marqués (Ávila), Francisco Javier García Organista
El acusado de asesinar a un joven en Las Navas del marqués (Ávila), Francisco Javier García Organista - EFE
Tribunales

La guardia civil dice que el asesino de Las Navas (Ávila) «buscó, encontró y causó muerte a la víctima»

A su vez uno de los agentes ha afirmado que García Organista infundió sospechas «desde el primero momento»

Ávila Actualizado: Guardar
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El guardia civil que dirigió el equipo que coordinó los trabajos de búsqueda del joven Sergio Martín durante cinco días antes de que apareciera su cadáver, ha afirmado este lunes que el acusado como responsable de los hechos, Francisco Javier García Organista, «le buscó, le encontró y le causó la muerte».

Este agente, que fue el instructor de las diligencias del caso, ha reconocido en su declaración durante el tercer día del juicio en la Audiencia Provincial de Ávila que García Organista infundió sospechas «desde el primero momento», por ser la última persona que le vio, por algunas contradicciones y por la aparición del «problema sentimental» como móvil.

Tanto este agente como el resto de los que han comparecido esta mañana han coincidido en que el acusado «buscaba a Sergio» y que su encuentro inicial en el polideportivo pasadas las siete de la tarde del 17 de marzo de 2015 no fue casual.

«Quico -Francisco Javier- buscaba a Sergio», ha afirmado este guardia civil, que insistió en que el encuentro «fortuito no había sido», ya que previamente intentó localizarle con varias llamadas telefónicas y dio varias vueltas al pueblo en el coche en el que posteriormente se desplazaron ambos hasta el lugar en el que apareció el cuerpo enterrado de Sergio.

Por su parte, Jessica, una joven de 17 años que conocía a ambos y coincidió con ellos en el polideportivo ha señalado que «Quico llamó a Sergio porque quería hablar con él» para solucionar su problema en torno a la joven que durante dos años había sido pareja de Francisco Javier y desde hacía semanas había iniciado una «incipiente» relación con el fallecido.

Jessica ha señalado que Sergio solía acompañarla a ella y a su prima al gimnasio, rebatiendo el discurso del abogado de la defensa que trata de demostrar que el encuentro entre el acusado y el fallecido fue casual ese día.

En sus declaraciones, los agentes también coincidieron en que el lugar en el que fue encontrado el cadáver de Sergio «no era fácil de encontrar», se encontraba en un «recorrido difícil» y «buscado».

«No era un lugar para pasar el rato», ha añadido otro de los guardias civiles, que también recordó, al igual que sus compañeros, cómo en uno de los WhatsApps enviados por la expareja del acusado a una amiga advertía de que «si la veía con Flapis -Sergio- o con algún otro, le mataría».

En el interrogatorio, el guardia civil que instruyó las diligencias ha confirmado la corpulencia del fallecido, frente a la corta estatura del acusado para señalar que «si hubiese habido una lucha -entre ambos-, le hubiera dejado huella» a Quico, lo que en su opinión demuestra que le atacó por sorpresa.

Respecto al hallazgo del cadáver, los primeros indicios fueron unas piruletas a las que el fallecido «era aficionado», tal y como corroboró su madre al enseñárselas y confirmar que ella misma le había comprado unas similares, de ahí que la búsqueda de centrara en torno al cebadero situado en el municipio de Peguerinos.

Tras el posterior hallazgo de un calcetín que la madre también identificó, se produjo el descubrimiento del cuerpo y la detención prácticamente instantánea de Francisco Javier García Organista, que el primer día, por primera vez y ante la sorpresa general, reconoció ser «culpable» de la muerte de Sergio.

No obstante, sus abogados, que inicialmente pedían su absolución, tratan de demostrar que no se trató de un asesinato, sino de un homicidio.

La fiscalía solicita 19 años de cárcel y 200.000 euros de indemnización para la familia, mientras que la acusación particular y popular en nombre del Ayuntamiento de Las Navas del Marqués eleva su petición de pena a 25 años de prisión y 450.000 euros de indemnización.

El juicio, que se prolongará hasta el 1 de diciembre, continuará mañana con varios testigos y las pruebas periciales.

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