Fuensaldaña, puerta «mágica» de entrada a los castillos

La fortaleza vallisoletana reabre sus puertas como espacio divulgativo y de estudio

Jesús Julio Carnero recibe las explicaciones de la directora del Museo de Valladolid, Eloísa Wattenberg, ante la maqueta de un castillo HERAS

MONTSE SERRADOR

El castillo de Fuensaldaña (Valladolid), vuelve a lucir majestuoso y, lo que es igual de importante, vuelve a tener un uso, el de ser el «castillo de los castillos», como lo definió ayer el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, durante la presentación de una infraestructura que aspira a convertirse en referente nacional y europeo.

La fortaleza sale así de su letargo y años de abandono, después de ser la sede de las Cortes de Castilla y León y acoger entre sus muros el nacimiento de la autonomía, como ayer se encargó de recordar el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, que recorrió el nuevo espacio y rememoró, con nostalgia, los que fueron sus primeros años como procurador, primero, y como presidente de la Junta desde marzo de 2001, después.

Funciones

Pero ahora, el castillo de Fuensaldaña se ha convertido en un «escenario», una «fortaleza mágica», en palabras del presidente de la Diputación de Valladolid, administración propietaria del inmueble, que ha invertido algo más de 2,2 millones de euros para poner en marcha un proyecto que va a permitir «su puesta en valor». Carnero explicó que son cuatro las funciones que va a cumplir este nuevo recurso: primero, se trata de un espacio divulgativo -destinado sobre todo a los más pequeños- de un elemento que es la esencia de Valladolid y de Castilla y León, como son los castillos; en segundo lugar, será un lugar para el estudio y la reflexión gracias a una futura actuación en la biblioteca; además, se trabajará para que haya una conexión real entre todos los castillos de la provincia y puedan ser un punto de atracción entre ellos y, en cuarto lugar, será una infraestructura al servicio de los vecinos, de la Diputación y los pueblos, de instituciones, organismos o asociaciones que quieran utilizar sus amplios espacios.

Para lograr estos objetivos, se ha llevado a cabo una actuación que ha contado con la participación de la directora del Museo de Valladolid, Eloísa Wattenberg, mientras que el arquitecto Roberto Valle ha sido el encargado de la obra. El resultado ha permitido la recuperación estructural de la fortaleza con amplios espacios expositivos que hablan de castillos, con maquetas y explicaciones interactivas y con visitas teatralizadas. Se mantiene, aunque también remozado, el hemiciclo que tantas sesiones de las Cortes autonómicas acogió y que ahora sirve, entre otras cosas, de sala de proyecciones. Además, el fotógrafo Ángel Marcos expone una muestra de 44 instantáneas nocturnas de fortalezas.

Sin embargo, «el castillo de Fuensaldaña estará ligado para siempre al desarrollo de la etapa democrática y de libertad de Castilla y León», señaló Juan Vicente Herrera, para quien estos muros «hablan de la historia de Valladolid, de Castilla y León y de muchos de nosotros». Por eso, sin ocultar su melancolía recordó a procuradores como el socialista Jaime González, o el popular Paco Aguilar, o el que fuera presidente de las Cortes, Manuel Estella, moviéndose por aquellos recovecos imposibles que daban a la antigua sala roja, entonces de comisiones. Esa estancia fue ayer fue el escenario de los discursos oficiales en la inauguración de un castillo que es «sentimiento, historia y apuesta de futuro, porque así se construye el futuro y por eso quiero felicitaros», concluyó Juan Vicente Herrera.

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