Salud&Sociedad
Un espectáculo de magia pensado para no ser visto
Cerca de un centenar de personas, videntes e invidentes, asisten en Zamora a la función del mago chileno Varela, un referente en shows inclusivos
Un día el mago chileno Juan Esteban Varela se preguntó que se podía idear en el mundo de la magia que aún no se hubiera inventado y que, pese a parecer imposible, la prestidigitación lo convirtiera en realizable. Así, comenzó a barajar un gran número de ideas hasta que, de repente, se le iluminó la bombilla en su cabeza y tuvo claro que era lo que quería idear: un espectáculo de magia en el que se prescindiese de la vista, el sentido por excelencia con el que se juega en el arte del abracadabra.
La tarea no fue fácil y prueba de ello es que tardó nada menos que diez años en configurar el espectáculo, pero una vez que estuvo listo comenzó a cosechar éxitos en escenarios de medio mundo. Así es como el espectáculo de magia en la oscuridad del chileno Juan Esteban Varela se convirtió en una referencia y un espectáculo inclusivo que ponía espectadores videntes e invidentes en igualdad de condiciones en las funciones. Tras ocho años recorriendo escenarios de medio mundo, Varela recaló este mes en Zamora y lo hizo para protagonizar uno de los espectáculos estrella de las Jornadas Internacionales de Magia de la ciudad del Duero en el año en el que éstas han cumplido sus bodas de plata. De esta forma, la vigésima quinta edición de esas jornadas de referencia nacional han permitido acercar la magia sin vista a más de medio millar de espectadores.
El espectáculo se enmarcó en las Jornadas Internacionales de Magia de Zamora
Las funciones se desarrollaron en el salón de actos del Museo Etnográfico de Castilla y León y en ellas colaboró la ONCE, que facilitó el acceso a personas con discapacidad visual al espectáculo. Del éxito de las funciones da cuenta el hecho de que tuviese que programarse una representación más de las siete inicialmente previstas entre los días 7 y 16 de septiembre.
Una vez dentro de la sala, los problemas visuales de algunos de los espectadores se diluían, ya que ninguno de los espectadores veía nada y todos estaban en igualmente de condiciones. Para ello, antes de acceder, el público vidente debía ponerse un antifaz a modo de venda que les dejase la visión en negro. A partir de ahí, el oído y el tacto se convertían en los sentidos conductores del espectáculo.
A cada espectador, hasta un máximo de setenta por función, se le suministra una caja mágica con diversos objetos y elementos que debe utilizar en los diferentes números. El mago Varela conduce la gala que se prolonga durante casi una hora y media y es el propio espectador el que, siguiendo sus indicaciones, realiza los distintos trucos, de tal forma que el público efectúa a la vez el papel de mago y el de sorprendido espectador. Antes de recalar en Zamora, Varela ha llevado el espectáculo a otros puntos de España como La Coruña, las islas Canarias o Madrid, mientras que en el ámbito internacional lo ha llevado a Croacia, Canadá, Estados Unidos, Australia, China, Chile, Pakistán o Dubái.
«En la magia todo es posible»
El mago chileno aseguró al ABC que su espectáculo de magia en la oscuridad lo ideó porque no podía ser que no hubiese funciones de magia para invidentes «cuando en la magia todo es posible».
De su paso por Zamora se mostró muy satisfecho porque las jornadas mágicas de esa ciudad tienen un «nivel de excedencia altísimo» y cada año buscan dar una vuelta de tuerca para sorprender al espectador con un número especial, por lo que para él fue un honor ser el espectáculo que destacó por su originalidad en la vigésima quinta edición.
Las bodas de plata de la cita mágica de Zamora también abarcó otras propuestas que acercan la magia a públicos no tan habituales, como las funciones para enfermos de alzhéimer, personas con discapacidad intelectual, niños hospitalizados y ancianos de residencias de mayores.
