Ciberexpert@s: alumnos «vigilantes»

Este programa de Policía Nacional ha enseñado a prevenir riesgos con las TIC a todos los niños de 6º de Primaria de Ávila

Estudiantes en el Colegio Diocesano Pablo VI de Ávila M. MARTÍN

CRISTINA ROSADO

Instruyen diligencias contra dos menores por distribuir por Whatsapp la foto de otra menor desnuda». «Detenido un profesor por acoso sexual a sus alumnas». Estos dos titulares reales de dos informaciones aparecidas en medios son un ejemplo de situaciones que, desgraciadamente, se producen en nuestros días y en las que menores están involucrados en delitos muy graves. Unas veces son las víctimas y otras, los que comenten ese delito. Las tecnologías de la comunicación han abierto un abanico enorme de posibilidades para la educación, pero a la vez, pueden ser un campo minado de riesgos si los menores no aprenden a usarlas con responsabilidad. Para que conozcan esos riesgos y las repercusiones que puede tener en su vida el mal uso que se haga de ellas, la Policía Nacional puso en marcha el programa «Ciberexpert@», dirigido a niños de sexto curso de Educación Primaria. Ávila ha recibido recientemente la acreditación de «primera capital «Ciberexpert@» de España» ¿Su mérito? Ha sido la primera capital de provincia en la que el programa ha llegado a la totalidad de los niños de 6º de Primaria, 615 escolares de sus 16 colegios. Este programa también se ha puesto en marcha en las restantes provincias de Castilla y León.

Los niños asistieron, a lo largo del curso, a las clases impartidas por la Policía Nacional. En total, han sido 6 horas que cada colegio ha cedido de su horario lectivo para dedicarlas a estas enseñanzas. El comisario de Ávila, Emilio Pérez Castelani, resalta el «muy buen resultado» que ha dado este programa, gracias a la colaboración de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León y Telefónica, que lo patrocinaba. «Ha sido un trabajo muy provechoso para el futuro», afirma Pérez Castelani, porque ha permitido «advertir a los niños de los delitos que se pueden cometer, de la importancia de usar contraseñas seguras» y de tantas cuestiones que pueden marcar un punto de inflexión en la seguridad con que usan móviles, tabletas o el ordenador.

El policía nacional José Antonio Coedo ha sido el coordinador del programa en Ávila y señala que «estaba dirigido a la prevención y promoción de la cultura de la seguridad en el uso de las redes e internet», dentro de una acción «integral» en la que también han participado padres y profesores de los centros escolares. Él estudió Enfermería y haciendo un paralelismo que viene como anillo al dedo, apunta que «lo consideré una medida de prevención, como la vacuna de la varicela, o como todos los años nos vacunamos de la gripe», con «la idea de ganarles para la prevención y convertirles en ciudadanos responsables y que colaboren» para evitar delitos.

Para Coedo, «los niños nacen con una tableta debajo del brazo», pero creemos que lo saben todo en el uso de la tecnología y no es así. Además, «se trataba de darles formación antes de su paso al instituto, adonde llegan muy pronto y donde van a convivir con niños mucho más mayores». Asimismo, «es una edad en la que tras la primera comunión, los niños ya reciben un móvil» y deben estar preparados lo mejor posible para usarlo responsablemente.

En estas clases han aprendido, entre otras cuestiones, a no facilitar datos personales en internet, las redes sociales o las aplicaciones de mensajería; a descubrir los riesgos de compartir fotos de amigos sin su permiso, a ser conscientes de que no se puede suplantar la identidad de nadie y que ahí fuera, en la profundidad de internet, puede haber auténticos depredadores que les pueden hacer mucho daño; y a que puede ser objeto de estafas, «delitos que hoy son muy habituales» a través de estas tecnologías, según el comisario Pérez Castelani; o a que el ciberacoso es «más nocivo» que el que se podía producir entre niños antes de la llegada de estas tecnologías, «porque ahora es 24-7, las 24 horas del día y todos los días y la víctima no descansa». Antes se producía cuando agresor y víctima coincidían, pero ahora, los mensajes y las redes pueden ayudar a que no haya tregua.

Mejor convivencia

Una lectura paralela de estas enseñanzas es la de sus efectos beneficiosos para la convivencia en los centros educativos. Niños mejor formados y más conscientes de los límites ayudan a que el clima en el entorno escolar sea mejor. Lo afirma también María Jesús García Lefler, directora del Colegio Diocesano Asunción de Nuestra Señora, en Ávila. Hace «una valoración muy positiva» del programa y reconoce que «a veces nos han llegado situaciones que no son responsabilidad del colegio, que suceden fuera, pero que nos afectan y los niños tienen que estar educados en su responsabilidad». Como también los padres ante esos «horrorosos» grupos de WhatsApp que en ocasiones usan los progenitores y que se desmadran hablando de los docentes, y no precisamente de forma positiva, «transmitiendo a los niños una mala imagen», asegura García Lefler.

Miguel Ángel Nieto Blázquez es el director del CEIP Comuneros de Castilla de Ávila y sus alumnos de 6º de Primaria también han recibido estas clases. Afirma que son «necesarias porque, incluso, hay cosas que los mayores podemos llegar a escuchar a la Policía que suceden y no crees que sean posibles; la tecnología avanza a una velocidad muy rápida y hay que estar preparados y debemos darles información para que sepan utilizar estas tecnologías». También para los padres que han participado, «que sepan hasta donde pueden llegar los riesgos», dice Nieto Blázquez, que insiste en que «la escuela es un punto principal» para educar, «pero como no vaya asociado a los padres y colabore la sociedad, esto se queda corto».

Sonia Mozo San Segundo, directora pedagógica del Colegio Milagrosa-Las Nieves de Ávila, también valora muy favorablemente esta iniciativa «porque los niños piensan que lo saben todo y no es así; se quedan sorprendidos de que no pueden tener una red social a esa edad y que no pueden colgar una foto de un compañero».

Añade sus repercusiones positivas en la convivencia entre alumnos, con los profesores y con las familias: «Sí mejora, sin duda, porque cuando se presentan los problemas, debido a WhatsApp, a Instagram, etc., a veces no sabes cómo solucionarlo, y esto redunda en una mejor convivencia y un mejor ambiente en las aulas, lo que siempre será positivo para la educación».

Considera que «aún queda camino por recorrer», pero que hay una competencia, la digital, que está en el currículum de Primaria, que deben adquirir los alumnos para saber manejar estas TIC y la enorme cantidad de información que ponen en sus manos, «porque hoy en día, o eres competente en ello o no te puedes mover en sociedad». E insiste que este programa es positivo por la colaboración que ha establecido entre toda la comunidad educativa y la Policía: «Somos un triángulo, Policía, padres y colegio, y o los programas se hacen a la par o no sirven».

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