Carlos Fierro, estudiante de Medicina en la Universidad de Salamanca
Carlos Fierro, estudiante de Medicina en la Universidad de Salamanca - D. ARRANZ
Educación

Carlos Fierro: una historia de superación en la Usal

La parálisis cerebral que sufre este joven estudiante de la Universidad de Salamanca no le impide estar en los últimos cursos de Medicina

Salamanca Actualizado: Guardar
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Nació con parálisis cerebral hace 23 años, pero con la ayuda de un bastón y una mente inquieta Carlos Fierro está en los últimos años del Grado de Medicina -entre quinto y sexto- en la Universidad de Salamanca. Es todo un ejemplo de superación y de optimismo al asegurar que «merece más la pena intentar sacar lo positivo que hundirte y decir qué miseria tengo o no voy a llegar a ningún sitio o no voy a hacer nada, no te sirve de nada porque realmente a nadie le importa, tienes que tirar tú mismo».

Confiesa que el apoyo de sus padres y de sus dos hermanas, que no la superprotección, le han dado desde siempre la fuerza necesaria para mirar hacia adelante.

Cursó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el Colegio La Milagrosa, pero el Bachillerato lo hizo en el Instituto Vaguada de la Palma, y aunque en un principio notó el cambio, al final se adaptó «bien tanto en las notas como en las relaciones de amigos. Fueron dos años muy buenos en mi vida, que me vinieron bien».

Una vez concluidos esos estudios tenía que tomar «una decisión importante», pero «no tenía ni idea» porque se «veía muy crío», pero como había hecho ciencias solicitó entrar en Medicina, seguida de Informática y Biología, entre otras.

Pudo entrar en su primera opción y ahora ya está entre quinto y sexto. Aunque el final del Grado está próximo, confiesa no tener clara la especialidad que elegirá, aunque sabe que no se inclinará ni por cirugía, ni por laboratorio porque lo que realmente le gusta es «el contacto con las personas, hablar con ellas, comunicarme».

De momento, su objetivo está en sacar el curso, acabar la carrera y luego tomarse un tiempo y decidir qué hace, aunque confiesa estar «abierto a explorar combinaciones de Medicina con otra cosa» y pone como ejemplo el coaching porque revela que le gusta dar charlas de motivación.

«Aprovecho mi situación personal y mi experiencia vital para motivar a personas que necesitan un empujón a través de algo tan simple como es la palabra»

«Aprovecho mi situación personal y mi experiencia vital para motivar a personas que necesitan un empujón a través de algo tan simple como es la palabra. Me pongo delante de ellas, les cuento mi vida, cómo he ido superando las dificultades y todo eso sumado a mis conocimientos médicos y de vida, y los que posteriormente adquiera de otras cosas, me forman no sólo como médico sino como persona. Al final, tengo donde elegir».

Llama la atención su capacidad de expresarse, lo cual atribuye a la «fuerza de voluntad» de sus padres, que ahora por motivos laborales están en Madrid, más que a la Medicina porque siempre le dieron las mismas oportunidades que a sus hermanas, con las que vive «como si fuéramos compañeros de piso», ironiza.

Desde muy pequeñito, sus progenitores lo llevaban a fisioterapeutas y siempre estaban atentos por si salía algún avance médico. «Mientras era un crío no me enteraba, pero luego fui cogiendo conciencia de que tengo que salir adelante. La dificultad -prefiere utilizar ese término en vez de discapacidad- que tengo es un poco fastidio», pero está convencido de que tiene que ver «en qué cosas soy bueno y en aprovecharme de mis dificultades como a veces hago».

«Los demás también me necesitan. Eso no tiene precio, me llena mucho»

«Ya que las tengo -añade- hay que tener un poco de jeta y es verdad que te aporta cosas buenas dentro de una situación aparentemente mala pero que puedes sacar algo positivo de ella», a la vez que pone de manifiesto que «merece más la pena intentar sacar eso positivo que hundirte, dado que no te sirve de nada porque, realmente, a nadie le importa, tienes que tirar tú mismo».

En la Universidad

Sobre su experiencia en la Universidad dice que es buena, al igual que el grupo de amigos que ha hecho y confiesa que está motivado por aprender cosas, aunque a nivel de adaptación, las obras que se están llevando a cabo en el entorno de la Facultad -las del nuevo hospital- le están ocasionando problemas dado que el autobús ya no le deja tan cerca de su centro como antes. No obstante, ya está pensando en sacarse el carné de conducir. «Eso me va a dar muchas autonomía para todo, es un buen objetivo», apunta.

Ejercicio físico a diario en su casa porque le «viene bien a nivel físico y mental», además de aficionado al cine y al teatro, son algunas de las actividades que realiza al entender que su vida «es sumar y acumular experiencias», aunque, en ocasiones, le fastidia no ser «bueno en nada», por lo que, según añade, «hago tantas cosas y pruebo de todo intentado encontrar mi lugar. Lo bueno es que tengo la capacidad de hacer varias cosas, me gusta mucho probar».

Está convencido de que «más o menos» puede sobrevivir por su cuenta, aunque cómo tiene a sus hermanas a veces se «escaquea», pero por si fuera poco, está aprendiendo a cocinar y a la hora de comer también se maneja, aunque sólo puede usar una mano, impedimento que le martirizaba cuando tenía que cortar un filete. Ahora emplea el cortador de pizzas. «Aunque te das cuenta que no pasa nada porque, si necesitas ayuda, la pides», asegura, a la vez que reconoce que siempre le ha gustado valerse por sí mismo, por lo que recurre a las nuevas tecnologías y a herramientas adaptadas.

Finalmente, subraya que de adolescente se sentía diferente a los demás debido a que tenía la autoestima «muy baja», pero una vez que «tiro de mí y soy quien soy y sin miedos, la gente responde bien, tengo muy buenos amigos, intento conocer a gente y al final te das cuenta que también me necesitan. Eso no tiene precio, me llena mucho»

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