El arte que encierra una barrica

H. DÍAZ

27/11/2019
Actualizado 29/11/2019 a las 11:13h.

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Etimológicamente, la palabra «barrica» procede del francés «barrique», que a su vez deriva del término en latín medieval «barriqua» que se utilizadaba en territorio galo. La voz llegó a España casi a mediados del siglo XVII con los vinos franceses de Burdeos. Para que no perdieran ninguna de sus características en cuanto a aroma, textura y sabor los famosos caldos eran transportados en estos recipientes de madera cuya elaboración era un arte en sí misma, ya que para ello se seleccionaban cuidadosamente el material original, madera de roble, que se cortaba para hacer «duelas» (los listones que la conforman) con grosores de entre 19 y 29 mm, que posteriormente eran tostadas por la parte interior para curvarlas y adaptarlas a la forma de la barrica.

Un proceso que se sigue prácticamente tal cual a día de hoy, y son precisamente estas «duelas», así como los flejes metálicos que las van anillando, los materiales que sirven de base a los estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid para crear los proyectos con los que concursan en «Valduero con las Bellas Artes», un certamen que nació hace cinco años con el objetivo de dar visibilidad a los trabajos de estos nuevos creadores y cuya premisa es que los estudianets utilicen las barricas de vino que les cede la bodega asentada en la localidad burgalesa de Gumiel de Mercado, en plena Ribera de Duero , para expresarse de forma artística a través de ellas.

Este martes, la sede de la citada facultad, en Ciudad Universitaria, acogió una nueva edición de este certamen ya consolidado y por cuyo jurado han pasado personalidades del mundo del arte y de la cultura como Antonio López, Martín Giraldo o la más reciente Ágatha Ruiz de la Prada, quienes han ejercido la presidencia del mismo, que en esta ocasión recayó en el diseñador Palomo Spain. El creador, que estudió moda masculina en el London College of Fashion y se formó también en Central Saint Martins de Londres, había visitado recientemente el museo de barricas «Valduero y el arte» y no dudó en formar parte del jurado de este concurso, señalan fuentes de la bodega.

Tras una larga deliberación Palomo Spain, junto al resto del jurado, optaron por que «Maneras de mirar», de Diego Hernández Cuervo, fuera la obra ganadora del primer premio en esta edición. Una decisión que fue «realmente una sorpresa» para su protagonista, que actualmente cursa el doctorado en Bellas Artes en la Universidad Complutense.

En su pieza, D iego Hernández Cuervo recurre a un juego cromático y de geometrías con los ojos como protagonistas. «Quería mostrar que cada uno tenemos una visión del mundo. Si ves de cerca cada una de las piezas ves que el iris tiene en ellas una forma y un color diferente. Es como hablar de lo diferentes que cada uno somos, y al final esta idea de unificar las miradas era como intentar encontrar armonía entre ellas, y en definitiva, entre las personas», explica el artista sobre su pieza, en la que de alguna forma trata de emular a los «tótem» de su admirado Brancusi.

Tras estudiar en la Universidad de Aranjuez, Hernández Cuervo decidió realizar el Máster de Investigación y Creación Artística de la Complutense, donde el año pasado comenzó el doctorado «porque el hecho de seguir estudiando me permite trabajar en mi obra y seguir creando un discurso propio, personal». Con estudio propio, actualmente está trabajando sobre todo en su obra pictórica con la idea en un futuro cercano de conectar con el circuito de galerías e «intentar vivir» de su arte.

Por el momento su pieza, «Maneras de mirar» estará expuesta durante un tiempo junto al resto de obras en la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes para después ser trasladadas hasta Gumiel del Mercado, donde serán exhibidas en el Museo de Valduero.

En ambos espacios se podrá ver, entre otras obras también, la escultura de Luis Ascunce, «Investigación en forma, ocupación y tensión» , ganadora del segundo premio, «uno de los primeros reconocimientos que recibo», señale el artista, que ve el galardón como un acicate que le impulsa a seguir trabajando. Señala este estudiante que desde el principio tuvo claro el proyecto porque «la inspiración que me da la cuba en su forma original es esa tensión con su forma cilíndrica» y en ello quiso investigar, así como en el material, la madera, con el que tuvo algunos «invonvenientes» hasta dar con lo que quería conseguir. Un proceso que le ha llevado un mes a este estudiante de Bellas Artes de segundo curso que por el momento confiesa sentirse más a gusto en la escultura.

Además, cree que el hecho de poder ver su obra expuesta en dos espacios diferentes es «muy importante» para él y más que el premio en sí -dotado con un viaje a Berlín para conocer el Museo Hamburger Bahnholf (el primero, es un viaje a Nueva York para visitar el MoMa)- lo que valora es que su obra salga del taller y pueda ser vista.

Junto al resto de obras finalistas -un total de 29 en esta edición- también se podrán ver hasta el próximo 12 de diciembre los proyectos que han quedado en el tercer y cuarto puesto, que han sido, respectivamente, «Barrikart», de Eduardo Valls Sánchez, y «A ciegas», de Lorenzo de los Ángeles y Verónica.

A Palomo Spain se sumaron al jurado en esta ocasión Margarita González, vicedecana de Cultura de la Facultad de Bellas Artes de la UCM; Manuel Cerdán, periodista de OK Diario; Óscar Vázquez, director de Antena 3 Noticias, Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset; Jorge Bustos, jefe de Opinión de El Mundo; Belén Quijada, directora de Deveribest Comunicación, y Gregorio García Álvarez, Yolanda y Carolina García Viadero, propietarios de Bodegas Valduero. Fueron ellos, con Alejandro Gómez Palomo a la cabeza, precisamente los encargados de entregar los premios a los ganadores.

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