Economía

«Arribas no se autoconcedía créditos en Caja de Burgos»

Rafael Barbero afirma que nunca recibió «presiones» del expresidente

El director general de la Fundación Caja Burgos, Rafael Barbero, junto a Mitadiel ICAL

ABC

El director general de la Fundación Caja de Burgos, Rafael Barbero, afirmó ayer que en la entidad financiera burgalesa, antes de su integración en Banca Cívica y posteriormente en CaixaBank, «era imposible autoconcederse nada», en referencia a su expresidente José María Arribas. Durante su comparecencia ante la comisión de investigación que aborda en las Cortes de Castilla y León lo ocurrido con las Cajas de ahorro de la Comunidad, Barbero defendió que se trataba de decisiones «totalmente técnicas» y regladas, que en el caso de los créditos solicitados por Arribas eran tratados como cualquier otro empresario por el Departamento de Riesgos.

Los representantes de los grupos parlamentarios recordaron que esta práctica del expresidente de la entidad financiera está en manos de la Justicia, en concreto del Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos, que ha abierto un procedimiento abreviado contra Arribas como supuesto autor de delitos de administración desleal y apropiación indebida por haber recibido de la entidad que presidía hasta 45 créditos por unos 34 millones entre 2005 y 2010. Barbero sostuvo que el número de créditos concedidos a Arribas, en su mayoría de capital circulante, «no es relevante» porque eran equivalentes a los de otros empresarios que afrontaban operaciones de exportación o estrategias que requerían estas herramientas financieras.

Además, añadió que como integrante de este departamento, antes de que en 2011 accediera a la dirección general de Caja de Burgos dentro de Banca Cívica, nunca recibió presiones para la concesión de créditos al presidente de la entidad, con quien ha dicho que no tenía trato ni hablaba. «Mi puesto de trabajo no corría riesgo por analizar las operaciones porque su concesión a personas vinculadas (al Consejo de Administración de la Caja) estaba perfectamente reglamentada y no aprobábamos esas operaciones», resumió Barbero, quien explicó que la última palabra era de órganos superiores y el Departamento de Riesgos únicamente elaboraba un informe.

En la misma sesión, la expresidenta de la Comisión de Control de Caja Segovia Rosario Díez aseguró que se enteró «por la prensa» de las prejubilaciones percibidas por varios directivos de la entidad -cuya investigación se ha archivado-, ya que «nunca se detalló para quién era» la prejubilación, sino había «una cantidad global».

«Éramos unos monstruos»

Antes, el expresidente de la Comisión de Control de Caja de Ávila hasta 2011, Fernando Martín, afirmó que las Cajas «no se han ido al garete» sino que «se han fusionado con otras de mayor tamaño». Durante su comparecencia, llegó a afirmar que «éramos unos auténticos monstruos» en dar dinero «a las personas», convencido de que contribuyeron también al desarrollo de otros sectores económicos, entre los que citó el agrario y el de la energía renovable. «La gente se compraba un tractor», resaltó.

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