El Alto Duero cierra definitivamente la puerta a ceder agua para riego al Bajo

Las caras serias y largas tras la casi hora y media de reunión fueron la muestra evidente de que había sido imposible un acuerdo entre los regantes del Alto y Bajo Duero para una cesión de agua que permita a los segundos dar un último riego a los cultivos una vez agotado todo su cupo para esta campaña. Quemado el último cartucho viéndose las caras en la Junta de Explotación en la C onfederación Hidrográfica del Duero (CHD) , con el comisario de aguas, Ángel González, las tierras de las zonas de Tordesillas, Pollos, Castronuño y Simancas-Geria-Villamarciel se tendrán que conformar con lo que puedan de descargar las nubes para salvar lo que sean capaces de cosechar, en una zona con unas 4.300 hectáreas de regadío.

« No ha habido acuerdo », reconoció Ángel González tras escuchar cómo los regantes sorianos -los del Alto Duero- incidían en su negativa a ceder a sus colegas parte del cupo de agua concedido y que aún no han consumido. Como argumentos a su nuevo y definitivo «no», que la campaña de riego aún no ha terminado -se prolonga hasta final de septiembre-, que tienen cultivos leñosos, principalmente viñedos y frutales, aún sin recoger y que demandan agua especialmente en esta época de calor, y que es «necesario» mantener unas reservas mínimas de cara a 2018, «que -advirtieron- también puede ser complicado».

De hecho, el nivel con el que el embalse de Cuerda del Pozo -desde el que pedían el trasvasarse de agua hacia las tierras de Valladolid- concluyó la pasada campaña ha permitido cierto desahogo a la hora de afrontar la actual, marcada por la sequía. « No se puede hacer nada más. Ya está todo cerrado », asumía tras la reunión el presidente de la Comunidad de Regantes de Tordesillas, Miguel Ángel Peláez, quien reconoció que «l a gente va a perder mucho » y ahora está « intentando salvar lo que puede ». Algunos, señaló, han comenzado a picar en verde el maíz, pues tienen claro que no completará el ciclo vegetativo para ser recolectado en su punto.

Peláez incidió en defender su gestión del agua al frente de la comunidad de regantes de Tordesillas. « No he plantado ni una planta más », sino que se ha hecho « conforme a lo que me dijeron en marzo ». Y es que, incidió, según sus cálculos, aún «no» han agotado el cupo concedido. Tirando de documentos, aunque en un principio no quiso hacer declaraciones, apuntó que la diferencia para el cómputo está en el agua circulante que utilizaron antes de comenzar la campaña de desembalses y que la CHD ha contado dentro del cupo asignado.

Desde el organismo de cuenca incidieron ayer en que ellos han «c umplido escrupulosamente » el papel que las asigna la ley, que fija que ni la Confederación ni el Ministerio de Agricultura puede otorgar a una comunidad de regantes el cupo de agua previamente asignado a otra. Esa cesión sólo es posible si hay acuerdo entre ambas partes, lo que planteó la administración responsable de la gestión del Duero como «única» opción «viable» una vez que esas cuatro comunidades de regantes del Bajo Duero habían agotado y se habían «excedido» en su cupo previamente asignado, acordado en la Comisión de Desembalse en abril.

Así que, vista la imposibilidad del entendimiento, el comisario de aguas reconoció que «no hay ninguna solución» para esos cultivadores de la zona de Tordesillas, Pollos, Castronuño y Simancas-Geria-Villamarciel. Están entre los del Bajo Duero -también los que beben del canal de San José- que han agotado ya su cupo de agua a más de un mes de que acabe la campaña, pero «otros, no». Y en la CHD confían en que «no se den» más situaciones como ésta, pese a lo complicado de la campaña.

Desde la Confederación insistieron que las solicitudes de actuación unilateral por parte del organismo de cuenca y el Ministerio reclamado estos días ante esta situación «no eran realistas». «No está previsto en la ley», recalcó Ángel González, quien señaló que únicamente pueden actuar cuando existe un problema de abastecimiento a la población que en estos momentos no se da.