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GSK: 40 años a la cabeza del sector de las farmacéuticas

La planta de Aranda de Duero cuenta en la actualidad con cerca de 600 empleados

Interior de las instalaciones de GSK en Aranda de Duero ABC

PEDRO SEDANO

La prueba más evidente de la solidez de una factoría son las cifras. Esto es aún más evidente en la planta de la farmacéutica GSK en Aranda de Duero (Burgos). Su crecimiento ha sido constante desde que empezó a funcionar en 1978. Nació con una plantilla de 68 personas que abastecía únicamente al mercado nacional. En la actualidad, cuenta con cerca de 600 trabajadores y desde sus instalaciones se suministran medicamentos a más de 80 países. La plantilla está formada actualmente por un 38% de técnicos y un 62% de personal cualificado. Las mujeres suponen el 46% del total.

La factoría GSK en Aranda de Duero mantiene desde su apertura hace cuarenta años una carrera hacia delante que ha llevado a la planta a situarse en el grupo de cabeza mundial del sector farmacéutico. Entre el 2013 y el 2017 se han invertido en las instalaciones más de 36 millones de euros en proyectos innovadores que han permitido ampliar la capacidad de las líneas de producción, mejorar la eficiencia de los sistemas de trabajo y proveer a las personas de las herramientas necesarias para su desarrollo. Las cifras de producción de 2017 de la planta de Aranda ascienden a 179 millones de unidades producidas, de las cuales 157 millones corresponden a productos fabricados en el área de Respiratorio, y 22 millones a packs de medicamentos en formato de comprimidos. De hecho, en Aranda de Duero se producen más de 1.800 referencias, entre las que destacan la fabricación y acondicionamiento de comprimidos para enfermedades como VIH/SIDA, Parkinson o herpes y, sobre todo, el suministro de líquidos inhalados o inhaladores, en los que la planta es en este momento un centro mundial de referencia.

De hecho, en el año 1981 se produjo un momento clave en la fábrica de GSK Aranda. Comenzó la fabricación de uno de los productos más emblemáticos: Ventolín inhalador. El 45% del Ventolín que se consume en el mundo sale de esta planta arandina. Pero, además desde entonces hasta ahora, ha ido creciendo la cartera de productos en esta área terapéutica con dos inhaladores más, Flixotide y Seretide, y tres líquidos inhalados, Flixonase, Beconase y Avamys.

Sin embargo, una de las claves de la planta es la diversificación. Por eso, es también una pieza clave en el lanzamiento de nuevos productos en formato de comprimidos. En este sentido, GSK Aranda es el centro de producción encargado del lanzamiento de nuevos productos en el área de tratamiento del VIH. Desde esta planta se acondicionan y suministran cinco productos diferentes para mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad. Además, la factoría también desarrolla su actividad en la fabricación y acondicionamiento de comprimidos para combatir enfermedades como el párkinson, el herpes o la úlcera gástrica.

Innovación responsable

Las inversiones en la planta GSK de Aranda vienen siendo una constante desde finales de la década de los 80. Es lo que ha permitido ampliar y mejorar las líneas de fabricación y acondicionamiento de líquidos inhalados y comprimidos e implantar la última tecnología en sus procesos productivos.

Entre los hitos principales destacan la construcción del edificio EAGLE, en 2007, con el que GSK Aranda amplió su capacidad productiva en el área de comprimidos, o la del Almacén de Gran Altura en 1998: un almacén totalmente automatizado con el que se gestionan los más de 300.000 movimientos de materiales anuales realizados.

Entre 2013 y 2017 se invirtieron en la planta 36 millones

En este momento, la planta es centro estratégico para la implantación de proyectos piloto en la compañía tales como nuevo sistema de trabajo de GSK o GPS, mediante el que se trabaja con Cero Accidentes, Cero Defectos y Cero Desperdicios, de forma estandarizada en todas las fábricas de la compañía. Actualmente desarrolla otro proyecto piloto para la implantación de sistemas automatizados en el laboratorio y, al mismo tiempo, la hoja de ruta electrónica para que toda la documentación de un lote de medicamentos esté completamente informatizada.

Actualmente, GSK Aranda se encuentra en pleno avance hacia la denominada Industria 4.0. De hecho, el Consejo de Gobierno de Castilla y León ha declarado de Especial Interés el plan estratégico de la factoría en materia de I+D. Desde la dirección de la planta confían en que esa calificación les permita obtener una subvención de 600.000 euros para una inversión de más de 2 millones, para desarrollar un proyecto de mejora y optimización de los procesos de fabricación de la planta.

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