2.275 sanitarios se presentan este sábado al MIR en Castilla y León, que ofrece 454 plazas

La convocatoria incluye 120 puestos de médico de familia, 266 de especialistas y 68 de enfermería

ICAL

MONTSE SERRADOR

En una semana en el que la formación MIR (Médico Interno Residente) está protagonizando no pocos titulares, tras el anuncio de la Consejería de Sanidad de contratar médicos de familia sin especialidad -medida de la que finalmente desistió-, los licenciados en Medicina se enfrentan mañana sábado a la convocatoria anual. El examen se realizará al mismo tiempo en las facultades de toda España, a las que se presentarán 35.114 licenciados, de los cuales, 2.275 lo harán en los centros de Valladolid (1.205) y Salamanca (1.070). Se trata de un examen único para toda España, tipo test, con 235 preguntas y una duración aproximada de cinco horas. Además, el expediente académico pesa un 10% en el resultado final. En función de la cifra final -el 25 de febrero se publicarán los resultados provisionales- se establecerá el orden para que cada aspirante pueda optar a las plazas.

Este año, la oferta es de 8.402 plazas en toda España, de las cuales 6.795 corresponden a especialidades médicas (se han presentado 15.477 aspirantes) y el resto a puestos de enfermería (1.092 plazas y 12.937 aspirantes), biología, farmacia, psicología, química y radiofísica. En Castilla y León, las plazas de MIR ofertadas ascienden a 454, de las cuales 266 son de las diferentes especialidades hospitalarias, 120 de medicina de familia y 68 de especialidades de enfermería. Por centros hospitalarios, la mayor oferta corresponde al Complejo de Salamanca, con 58 plazas; seguido por el Clínico de Valladolid, con 44; el Complejo de Burgos, 38, y el de León, 34, además de tres en el Bierzo. El vallisoletano del Río Hortega tiene disponibles 32 plazas de formación para médicos especialistas; el hospital de Segovia, quince; el de Palencia, diez; el de Zamora cinco; el de Soria, tres, y el de Ávila, uno. Por especialidades, el mayor número de puestos en Castilla y León corresponde a los médicos de familia, con 120; en pediatria se han ofertado 24; en medicina interna, 17; en anestesiología, 16; radiodiagnóstico cuenta con 15, y oftalmología, con 14 plazas.

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«Deberían convocar las plazas según las necesidades»

Santiago Toranzo Nieto es salmantino pero ha estudiado la carrera en Pamplona y allí se presentará al examen MIR. Su deseo es convertirse en médico de urgencias pero la especialidad aún no está reconocida así que elegirá médico de familia, de digestivo o neumología. Ha pasado la semana entre el estudio y la incertidumbre que provocó el anuncio de la Consejería de contratar médicos sin MIR. Apuesta por que «siempre se intente encontrar un especialista por todos los métodos» y, de cara al futuro, propone convocar las plazas de residentes en función de un plan de necesidades. En cuanto al destino, también lo tiene claro: cualquier lugar menos Cataluña o Valencia «porque no me apetece vivir esa situación política», pero, si se puede elegir, sobre todo Salamanca y Valladolid.

Santiago reconoce que a medida que se acerca el 2 de febrero aumentan los nervios y «vas siendo consciente de lo que supone la prueba». Estudia diez horas al día y descansa sólo los domingos, una programación estrictamente pautada de la que no se saledesde que en junio comenzó a prepararse con la dirección de una academia. Este médico salamantino considera «injusta» una prueba en la que «te lo juegas todo en un día, no se valora el que sepas de Medicina sino cómo hacer un examen en el que las pregunats se pueden interpretar mal. De ahi que aueste por que haya una`parte práctica y por que se dé ma´s importancia a las facultades.»hay mucho miedo al fracaso porque somos muy exigentes. Te lo juegas todo a un examen. Nunca me habia puesto nervioso en un examen pero en este si. El Mir saca lo peor de cada uno

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«Para ser pediatra tengo que estar entre los 2.000 primeros»

Natural de Valladolid, en cuya facultad de Medicina se ha graduado, Fernando Martínez espera convertirse en pediatra, objetivo nada fácil porque deberá conseguir una puntuación suficiente para estar entre los 2.000 primeros. El destino lo tiene más abierto aunque no quiere un gran hospital, en los que «la residencia se hace con otros quince MIR», ni tampoco un centro pequeño. Cree que el modelo de examen, tipo test, iguala a todos los aspirantes pero considera que debería acotarse un poco porque es muy abierto. Y, sobre todo, apuesta por adelantar la fecha del examen porque el título se ha obtenido en el mes de mayo.

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«Habría que valorar la habilidad de comunicar con los pacientes»

Con el título de Medicina expedido por la Universidad de Salamanca, ciudad en la que reside, Ana Elvira Laffond aspira a una plaza de Cardiología y, si pudiese ser, en el Complejo Asistencial salmantino porque «es puntero en la especialidad y me gustaría quedarme aquí». Las siguientes opciones son La Paz o el Gregorio Marañón, ambos en Madrid. Es consciente de que se trata de una especialidad que es de las primeras que se acaban, hasta el punto de que en la última convocatoria, el aspirante que ocupaba el lugar 300 fue el último que pudo elegirla. Con doce horas diarias de estudio a sus espaldas asegura que «el trabajo ya está hecho» pero reconoce que se enfrenta al examen más importante de su vida profesional, porque es la única forma de acceder a una especialidad. Lo estresante, asegura, es «enfentarse a una prueba tan diferente» a lo que se hace en la carrera y plantea que habría que considerar la posibilidad de que se valoren otras habilidades, como por ejemplo, la forma de comunicarse con los pacientes.

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