El Toboso, epicentro del libro manuscrito

Un grupo de estudiosos imita a los antiguos amanuenses para escribir e ilustrar a mano obras cervantinas

Páginas de «Los Trabajos de Persiles y Segismunda», en las que 120 copistas han trabajdo seis meses ABC

IVÁN DUEÑAS

El último gran homenaje rendido a Los Trabajos de Persiles y Segismunda , la obra de Cervantes publicada a título póstumo, ha corrido a cargo del equipo editorial de Isabel Fernández, residente en El Toboso y, por consiguiente, leal seguidora del que, en su opinión, ha sido el escritor más importante que han dado las letras castellanas. Desde su «Casa de la Torre », antigua edificación de finales del siglo XVI – en El Toboso es frecuente ver inmuebles de esta época –, que ella misma restauró para dar cabida a una hospedería, coordina empresas culturales de altos vuelos, siempre con el legado cervantino como principal referente.

En ellos toman parte filólogos y doctores de varios centros universitarios, pero también lectores fervientes de muy variada índole. De hecho, sin ellos estos trabajos colectivos no tendrían sentido. Fernández comenta que «Cervantes rogaba y agradecía que se le leyera», y cita el comienzo del prólogo del Quijote: «Desocupado lector», con el cual exhorta humildemente a que lean su obra, ya que el sueño de su autor, cuando terminó la carrera militar, fue ser un laureado escritor.

Antes de montar su negocio de turismo rural, Isabel se percató en sus numerosos viajes de que Cervantes era archiconocido en todo el orbe. Recuerda cómo estando en Roma, preguntó por la Basílica de San Lorenzo, y revelando su procedencia al viandante interrogado, éste, ya de avanzada edad, le contó cómo había regalado un Quijote a sus siete nietos cuando recibieron la primera comunión.

A partir de entonces, c omenzó a asistir a congresos de la Asociación de Cervantistas , donde trabó amistad con varios intelectuales. De estos encuentros surgió una recopilación de comentarios a los capítulos del Quijote, escritos a mano, que vieron la luz en 1999 en forma de libro, en el cual, según su coordinadora, «había de todo como en botica». Otra ofrenda que se hizo al Ingenioso Hidalgo fue la traducción de la misma novela en 67 idiomas diferentes, presentada en 2016, también escrita y dibujada por amanuenses voluntarios.

Recientemente presentada en el Museo del Ejército de Toledo , la novela Los Trabajos de Persiles y Segismunda ha contado con la colaboración de 120 copistas y dibujantes de 9 países , que han escrito la novela durante 6 meses. Entre su lista de participantes, podemos encontrar profesores de Universidad, escritores, pintores, poetas, miembros del funcionariado público, empresarios, religiosas y electricistas. Un variado elenco que muestra la intencionalidad de Cervantes de llegar a todos los públicos.

Con tinta y plumilla, voluntarios de diversa procedencia, no solo de España, sino también de Portugal, Italia, Gran Bretaña o Noruega, han escrito sus capítulos, y con acuarela, carboncillo o técnicas de grabado , han estampado los escenarios por donde pasan los peregrinos protagonistas, con imágenes captadas de la Biblioteca Nacional, e iluminaciones a imitación de la Biblia de Gutenberg. El tipo de letra, aleatorio. Hay quien ha escrito con su caligrafía particular, pero algunos «puristas», han utilizado cursiva, gótica procesal o letra del Renacimiento, con las abreviaciones propias de la época.

Obras de arte

En palabras de Jorge Jiménez, quintanareño, doctor en Historia del Arte, y también colaborador, «la manera de escribir es joya en manifestaciones artísticas», y añade que «ya en la Edad Media la escritura es elemento decorativo, los musulmanes convirtieron la epigrafía en obra de arte». Sobre este nuevo manuscrito del Persiles, opina que es una novedad bien recibida «en un mundo donde todo es globalizado y parecido».

El manuscrito se ha reproducido hasta en 100 ejemplares. Uno de ellos ha ido a parar a los Museos Vaticanos. Isabel, metida de lleno en la historia, fue tras la pista de Persiles y Segismunda, y consiguió que la recibiera el Papa Francisco, cerrando su periplo de igual manera que los personajes cervantinos. Así, pudo satisfacer sus dos mayores pasiones, viajar y leer, y cita una frase del Coloquio de los Perros: «El andar en tierras y comunicar con diversas gentes, hace a los hombres discretos».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación