Gran tarde de toros en Villaseca

Excelente envío de Cebada Gago, con un novillo de vuelta, y faenón de Jorge Isiegas

Gutiérrez torea a "Labrador", premiado con la vuelta al ruedo Juan Carlos Maestre

Salvador Ruiz

Los aficionados que casi llenaban la plaza de Villaseca de la Sagra en la cuarta novillada del Alfarero de Oro salieron satisfechos este lunes, pues vieron una excelente encierro de Cebada Gago , con hechuras, trapío y bravura. El tercero de la tarde, Labrador , fue premiado con la vuelta al ruedo.

Jorge Isiegas , el torero baturro, recibió al primero de la tarde con cuatro excelentes verónicas que remató con una revolera. El novillo se arrancó de largo en dos varas. El de Zaragoza inició su labor con la franela con suaves derechazos, destacando un soberbio de pecho. Luego vinieron naturales en el terreno del novillo y una serie de redondos llevando muy toreado y mandando sobre un novillo al que le costaba embestir. Remató su faena con una estocada hasta la bola, pero el presidente no concedió la oreja. Dio dos vueltas al ruedo.

En el cuarto, Isiegas comenzó su labor muleteril con una serie de redondos mandones y templados, que continuó con dos serie de templados y largos naturales y una serie de soberbios derechazos. Hubo estupendos adornos que fueron muy aplaudidos. Mató de una estocada un pelín delantera y perpendicular, el novillo tardó en caer y, por ello, solo fue premiado con una merecida oreja. Para nosotros, Isiegas realizó la mejor faena en lo que llevamos de feria.

Aquilino Girón recibió al segundo de la tarde con verónicas vulgares. El novillo tuvo dos largas varas. El de Granada comenzó su faena con pases por alto, rematados con uno bueno de pecho. Dio pases con la derecha sin rematar bien y naturales sufriendo algún tornillazo. Volvió a la derecha, pero sin calidad ante un novillo que no repetía. Un pinchazo y una entera. Escuchó palmas.

En el quinto, Girón le recibió con aseadas verónicas. El novillo, que fue el menos encastado, llegó a la muleta con cierto peligro, pero Aquilino no se amilanó y estuvo en la cara del toro. A la hora de matar recibió un puntazo, del que estaba siendo atendido en la enfermería al hacer esta crónica, aunque el peón afirmó que estaba bien.

Héctor Gutiérrez recibió al bravo Labrador con lances sin calidad. Hubo dos largas varas y dos grandes pares de Roberto Ortega, que fue obligado a desmonterarse. El mexicano dio series cortas cuando el novillo las necesitaba más largas. Una gran estocada por la que recibió una oreja y vuelta al ruedo para el animal.

Gutiérrez recibió al toro de la jota con soberbias verónicas, rematadas con dos excelentes medias. El novillo derribó con estrépito el caballo de Israel de Pedro. Con la muleta, el mexicano estuvo aseado, pero sufrió algún enganchón y la faena fue rematada con una estocada baja. Recibió palmas.

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Paco Medina, histórico ganadero toledano de El Ventorillo y El Montecillo.

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