Toledo se rinde a otro Corpus luminoso

Las agradables temperaturas animaron a miles de toledanos y turistas a asistir al desfile procesional

La custodia de Arfe durante el recorrido procesional Luna Revenga
Elisabeth Bustos

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Parecía complicado que el tiempo convulso de los últimos días diera una tregua. Pero al final las previsiones meteorológicas respetaron el dicho popular que dice tres jueves hay en el año que relucen más que el sol y, este Corpus Christi , fue uno de esos días de marcado carácter religioso donde las agradables temperaturas permitieron a todos los creyentes celebrar su fe.

La jornada fue doblemente festiva para la ciudad de Toledo. A su Fiesta Grande hubo que sumar, ya por la tarde, la celebración del acto institucional del Día de Castilla-La Mancha en Talavera de la Reina. El gran ambiente festivo se respiraba desde primera hora de la mañana por las calles del casco viejo, abarrotado de toledanos y turistas, e impregnado del peculiar olor a tomillo y romero que, junto a la decoración floral, toldos, estandartes, balconeras y faroles, ofrecían la estampa más bella de una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional.

Como marca la tradición, la celebración litúrgica comenzó con la celebración de la santa misa en la catedral primada. Presidida por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, y oficiada en rito mozárabe. Pasadas las once de la mañana la Custodia de Arfe salía por la Puerta Llana del templo, siendo recibida por salvas reales, el toque de campanas de la catedral y emocionados aplausos y vivas de los asistentes.

Durante el recorrido procesional, el Santísimo estuvo acompañado por cofradías, hermandades, grupos de jóvenes, bandas de música, niños de Primera Comunión, órdenes afincadas en Toledo, miembros del Seminario Diocesano, del Clero, de la Academia de Infantería y de la Universidad regional, así como pajecillos, acólitos, timbaleros y autoridades civiles y militares.

La comitiva, tras llegar a los Cuatro Tiempos, se encaminó hacia la plaza Mayor, calle Martín Gamero y calle Comercio para a continuación, pasadas las doce del mediodía, una lluvia de pétalos rojos y fuertes aplausos anunciaba la llegada de la Custodia a una abarrotada plaza de Zocodover, testigo mudo de los acontecimientos más importantes de la capital castellano-manchega.

Tras llegar el Santo Sacramento, —realizado durante ocho años por Enrique de Arfe— al Arco de la Sangre, el silencio se apoderó del lugar para escuchar la tradicional alocución del prelado toledano. Tras una breve bendición, la Custodia emprendió de nuevo el camino hacia el templo entre una gran ovación del público asistente. Tres horas más tarde, hizo su entrada por la Puerta Llana de la catedral.

Entre las autoridades que participaron en el cortejo se encontraban el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, acompañado de los consejeros de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, y Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, que previamente asistieron a la misa en el templo primado.

Unos pasos por detrás, les seguían la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Blanca Fernández; la secretaria primera de la Mesa de las Cortes, Josefina Navarrete; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio; el jefe de la Guardia Civil en la región, Manuel Llamas; el jefe superior de la Policía en la Comunidad, Félix Antolín Diego; la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón y miembros de la corporación municipal.

El sol acompañó durante todo el recorrido procesional al Santísimo Sacramento

Desde los balcones de la Delegación del Gobierno esperaban la llegada de la Custodia el secretario general del PP en Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, acompañado de los diputados del Grupo Parlamentario Popular, así como el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, los cuatros subdelegados del Gobierno en la provincia —el de Toledo procesionaba—, y los embajadores de Ecuador, Eslovenia y Chipre, entre otros representantes del mundo empresarial, político, cultural, vecinal, militar y religioso. Entre las ausencias más significativas este año, destacó la de la presidenta del PP en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que estuvo presente en el debate de la moción de censura que se celebró en el Congreso de los Diputados.

Y si hubo algo que caracterizó a todos los asistentes fue la emoción. Un sentimiento que embargó a la embajadora de Chipre en España, Koula Sophianou, quien presenció por segundo año consecutivo la procesión del Corpus Christi de Toledo, una ciudad que, según la definió, es «como un libro de historia vivo». «Me siento emocionada porque sé qué significa esta procesión. Soy católica ortodoxa y lo que veo aquí es la continuación de la historia de una tradición muy emocionante», expresó.

Las mismas palabras de admiración y agradecimiento tuvo Cristóbal Roldán, embajador de Ecuador. «Es un verdadero privilegio estar en esta fiesta religiosa ya que soy católico y creo que tenemos que tratar de perdurar y transmitir a las futuras generaciones los valores intrínsecos de la religión católica, la ética y la moral que además nos identifican mucho con Ecuador».

Finalmente, destacó que España es un país en el que «se cuidan mucho las formas y el protocolo y animó a los turistas a acudir a esta fiesta porque, según dijo, «no van a encontrar un hecho incomparable con ningún otro sitio».

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