De talante crítico y comprometido con Toledo

Coincidí con él pocas veces , sobre todo en alguna reunión convocada por nuestro común editor, Jesús Muñoz, y en la Real Academia de Toledo, pues era académico correspondiente por Toledo. Con mucha tristeza recibí ayer la noticia del fallecimiento de Mariano Serrano Pintado. Me habían dicho que estaba muy enfermo, que renunció al tratamiento contra el cáncer que padecía, pero no pensé que se iría tan pronto.

Al conocer la noticia me acerqué al Tanatorio acompañado por Juanjo Fernández Delgado , presidente del Ateneo y académico, a dar el pésame a la viuda y a su hija. Allí nos encontramos con su sobrino, y excelente pintor, José Antonio García Villarrubia . El cuerpo de M. Serrano estaba con el atuendo franciscano que llevan los hermanos de la cofradía del Cristo de la Buena Muerte, a la que él pertenecía. Allí me comentaron que dio una lección a todos al afrontar su muerte con entereza y hondura espiritual.

Con su muerte Toledo pierde a un pintor importante. Fue un genial copista de los cuadros de El Greco . Por eso dedicó gran parte de su vida a estudiar la vida y la obra del cretense , escribiendo libros de gran valía, en los que mostraba sus curiosas intuiciones, sus propuestas sobre el Greco después de haberse puesto en su pellejo copiando sus cuadros (recuerdo ahora «Mi padre El Greco» que escribió como si lo hiciera Jorge Manuel Theotocópuli). En el 2012 publicó una meritoria historia de Toledo ilustrada con unos dibujos de acuarela, que comienza con el Génesis y el Big bang. Se involucró en la vida cultural toledana a través de la sociedad Arte y de la cofradía de Investigadores. De sus artículos en ABC destacarían que reflejaban muy bien su talante crítico (tan necesario en estos días) y comprometido con Toledo, la ciudad de la que estaba profundamente enamorado. Nos queda su pintura, sus libros y su recuerdo. Hoy resbala una lágrima por el skyline de ese Toledo encumbrado que tantas veces pintó.