Cultura

Los libros atrapados

El Miradero de Toledo, sede del depósito externo de la Biblioteca regional, está cerrado desde hace tres años por su mal estado. Hay un acuerdo para el traslado a Ciudad Real, pero mientras este llega los libros siguen sin poder prestarse

La Junta «recomendó la clausura» del edificio del Miradero en julio de 2015 Ana Pérez Herrera
Juan Antonio Pérez

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Los usuarios que visitan la Biblioteca de Castilla-La Mancha , sita en el Alcázar de Toledo, tienen que tener una pizca de suerte a la hora de pedir prestados los libros. Básicamente, porque si solicitan uno que se encuentra en el depósito externo, ubicado en el edificio del Miradero, a unos cientos de metros, resulta que no pueden llevárselo.

El inmueble está cerrado desde julio de 2015, cuando el servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Castilla-La Mancha «recomendó la clausura» , y los 150.000 volúmenes que allí permanecen son intocables. Hace casi año y medio ABC hizo un reportaje sobre el tema que tituló «¿Para qué sirven los libros si no pueden prestarse?» , en el que daba difusión a esta situación. Sin embargo, hoy nada ha cambiado: el problema sigue y no hay fecha para su solución.

En el citado reportaje, el viceconsejero de Cultura de la Junta, Jesús Carrascosa, decía que el traslado de los libros a otra ubicación era «inminente». «Estamos barajando dos posibilidades, pero, como el edificio no es nuestro, tenemos que verlo con el Ministerio. Cuando tengamos la solución, la comunicaremos», añadía.

Las dos posibilidades eran: o llevar los libros al Archivo regional, situado en el barrio toledano del Polígono, o a un municipio cercano a la ciudad imperial. Sin embargo, la Junta tenía que acordarlo antes con el Ministerio porque la gestión de las bibliotecas es una competencia regional, mientras que el edificio del Miradero es de propiedad estatal.

Más de un año después, Carrascoca explica a este periódico que se descartaron ambas posibilidades por falta de espacio, pero que, efectivamente, se llegó a un «acuerdo por escrito» con el Ministerio del anterior Gobierno. Este pasaba por trasladar los libros a un almacén en Ciudad Real. Sin embargo, no se hizo nada.

«Según el Ministerio, porque los Presupuestos no estaban aprobados. Ahora ha cambiado el Gobierno y hay nuevos directores generales en cada servicio. Les hemos pedido una cita urgente porque tenemos varios temas, entre ellos el de la biblioteca», afirma.

Incluso, dice el viceconsejero, la Junta tiene reservada una partida presupuestaria para el traslado de los libros, «pero de las estanterías se tiene que encargar el Ministerio». Otra vez un choque de competencias, otra vez un problema de dinero.

Y mientras llega esa reunión que supuestamente dará una solución a este enredo burocrático, en la Biblioteca regional reciben «muchas» quejas de los usuarios cuando piden un libro que no pueden llevarse, asegura Carmen Morales, su directora.

Morales añade que tienen listo un catálogo de todos los volúmenes que hay en el depósito externo para cuando se produzca el traslado y que las reclamaciones «se las pasamos al viceconsejero, pero desde la Junta contestan que es el Ministerio el que tiene que resolver el problema...»

Por otro lado, ¿qué pasaría con el Miradero? Pues, obviamente, primero habría que reparar su mal estado. Después, la Junta tiene la intención de que acoja parte de la colección de arte contemporáneo de Roberto Polo que en un primer momento se instalará en el cercano Museo de Santa Fe.

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