Aislarán el techo de amianto del destacamento de Tráfico de Toledo

Instalarán tres capas de aislamiento para cubrir una nave de 2.000 metros cuadrados

Instalaciones del destacamento de Tráfico de Toledo Ana Pérez Herrera
Manuel Moreno

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La Dirección General de la Guardia Civil aislará el bajo techo de uralita del destacamento de Tráfico de Toledo, en la capital de Castilla-La Mancha, después de que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) diera la voz de alarma, el pasado octubre, al delegado del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio .

En breve se instalará tres capas de aislamiento —una de ellas, estanca— para evitar cualquier fuga de asbesto o amianto, componente de la uralita, que podría generar un peligro para la salud. « Las medidas están aprobadas », afirma a ABC un portavoz de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, «y el asunto se va a atajar ya, de forma urgente», recalcan desde la AUGC.

Se intervendrá en la techumbre de una nave diáfana de 2.000 metros cuadrados, donde unos 70 guardias civiles, entre mandos y agentes, trabajan en varios departamentos de la Guardia Civil de Tráfico. Además de estos efectivos, los ciudadanos pasan por esas instalaciones para realizar gestiones relacionadas con la conducción y los vehículos a motor.

Disposición en cubos del tejado de las instalaciones Google

Desde 2010, el destacamento de Tráfico de Toledo ocupa ese emplazamiento, situado en la glorieta del «Salto del Caballo». Los 4.300 metros cuadrados de superficie total se distribuyen en dos plantas —una baja, a nivel de calle, y un sótano—, ambas con unas extensiones muy similares. En el sótano, que se utiliza como garaje del destacamento por la falta de espacio en la nave superior, están el archivo de Extranjería de la Jefatura Superior de Policía de Castilla-La Mancha y un almacén del Ministerio de Sanidad, que está siendo ampliado.

Sin embargo, la medida de aislamiento se aplicará solo al bajo techo de la planta baja. En estas dependencias, mal aprovechadas por la disposición de la nave según los agentes, se encuentran los mecánicos y el taller, los equipos de atestados, efectivos del GATI (Grupo de Apoyo en Tecnologías de la Información), el aparcamiento para motos, coches y furgones, además del almacén para materiales y la plana mayor. Además, la configuración en cubos del tejado provoca las goteras, habituales cuando llueve y que, con el tiempo, podrían ocasionar que el fibrocemento de la uralita del bajo techo provocase graves problemas de salud.

Desde la AUGC se decidió actuar cuando conocieron que, en los últimos cinco años, se habían dado seis casos de cáncer en guardias civiles del destacamento. «Aunque no se puede relacionar el amianto con estos casos y las sospechas son infundadas, el caso es que la proporcionalidad es altísima», afirma un portavoz de la asociación de guardias civiles. «Nos informamos bien y nos dijeron que ese bajo tejado está envejecido y podría haber un problema de salud para los trabajadores y los ciudadanos», añade.

La llamada de Gregorio

Por eso, representantes de la AUGC se reunieron con el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, a quien informaron de la situación en octubre. José Julián Gregorio «tomó cartas en el asunto, no lo dilató», explican desde la asociación, y llamó al director general de la Guardia Civil, José Manuel Holgado , para comunicarle el riesgo que había en el destacamento. La Dirección General de Tráfico envió a unos técnicos, que confirmaron que había que neutralizar todo el material tóxico de la uralita. Ahora solo falta que el triple aislamiento sea instalado para acabar con la inseguridad.

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