Beatriz Villacañas - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Del tiempo y sus caminos (3): Caminantes

«Nos llenaría de esperanza creer que con la muerte se cierra el tiempo y la eternidad se abre»

POR BEATRIZ VILLACAÑAS

Somos caminantes, sí: bien es sabido que somos caminantes de la vida. La vida, vista, sentida, como camino y como viaje es algo que ha venido marcando nuestra forma de ver, nuestro lenguaje, la filosofía, el arte , de manera muy marcada en la literatura . Cierto es que nosotros podemos tomar un camino o no tomarlo, algo que, con sencillez y hondura de pensamiento, encontramos en el poema «The road not taken» («El camino no tomado»), del poeta Robert Frost , traducido al español, con excelencia característica, por Hilario Barrero . Pero tomemos el camino que tomemos, con acierto o con error, o simplemente impelidos por la necesidad de optar por uno y no por otro, a veces con el dolor de la renuncia que la opción puede suponer, lo cierto es que la vida es camino en sí misma, un camino que recorremos a lo largo del tiempo, con etapas de paisajes gozosos y de paisajes áridos , de paisajes de todo tipo.

Sea cual sea la estación de la vida en la que nos encontremos, la de la infancia, la de la juventud, la de la llamada madurez o ésa en que llevamos ya un equipaje muy cargado de años, y, digámoslo también, un equipaje rico en años y vivencias, nuestro destino es seguir caminando, seguir el viaje vital. Viaje que para el cristiano está marcado por Cristo y sus palabras: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Caminantes somos hasta el final de la vida ésta y, llegados a este punto, nos llenaría de esperanza creer que con la muerte se cierra el tiempo y la eternidad se abre.

CAMINANTE

Hay una eternidad /atada a cada uno de tus pasos,

un bosque amanecido,/ mil voces y una voz clamando

en los desiertos/ de tu pequeña soledad de cada día.

Hay algo grande, inexplicable como la belleza,

que te sale al encuentro y camina contigo.

Hay muchos sitios a los que acudir

y uno solo / que te espera al final del trayecto.

Hay una oscuridad, / fértil como vientre materno,

que te acuna también a pleno día,/ que te hace sentir cada secreto

como parte gozosa de tu cuerpo.

Hay una vida que te está esperando,

y no será el final sino el comienzo

de un siempre por encima de este ahora.

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