Pavor a los incendiarios
Familias de una urbanización de Bargas (Toledo) viven con miedo desde hace años por los incendios provocados que se suceden cada cierto tiempo en una parcela junto a sus casas
Las hijas de Gemma , de 8 y 5 años, están asustadas. Su madre dice que tienen pánico a que su casa sea pasto de las llamas cualquier día. Viven en un chalé de la calle del pintor Manuel Hernández Pompo, en la urbanización Los Altos de Bargas, siete kilómetros al norte de Toledo.
La última vez que vieron llamas a pocos metros de su casa fue la madrugada del sábado 15 al domingo 16 de septiembre, coincidiendo con los fuegos artificiales de Bargas para celebrar sus fiestas en honor del Cristo de la Sala. Gemma se acuerda como si fuera ayer. Ese incendio, en una parcela que hay justo detrás de su vivienda, fue intencionado. Como otros tantos que se han sucedido en la misma finca desde hace más de un lustro. Ha habido varios al año y, en ocasiones, se han registrado tres en solo dos meses. Protección Civil ha confirmado a los vecinos que todos han sido provocados, según explica Gemma.
Como la familia de Gemma, hay varias más que viven con temor a los incendiarios que prenden fuego a los grandes matojos que crecen en la parcela, situada junto a un área de servicio de la autovía A-42, sentido Toledo. Da igual que sea verano o invierno. El peligro acecha cuando la finca no ha sido desbrozada, aunque los vecinos también exigen la limpieza del arroyo y zonas comunes que colidan con la urbanización.
Subir un muro
María de los Ángeles es madre de dos hijos, de 2 y 6 años. La mayor no quiere dormir sola, tiene miedo. Es tal el pavor de María de los Ángeles que instalará un detector de humos y subirá el muro que separa su chalé de la parcela incendiada que linda con su casa.
La finca está en el término municipal de Olías del Rey. Su alcalde, José Manuel Trigo , asegura que los dueños de la parcela desbrozaron en junio, pero no han vuelto a hacerlo. Se lo han requerido por carta, como a todos los dueños de fincas similares. «Podemos desbrozar y pasarles luego el cargo de los trabajos, pero no podemos hacer nada más», afirma Trigo.
