Verano apacible, ¿preludio de un otoño caliente en bolsa?

A tiro de piedra de la ciudad de la mezquita, Córdoba, a sólo 45 kilómetros, se levanta una población de más de nueve mil habitantes, Montoro, que desde el pasado julio tiene su particular hueco en la historia de la metereología en España. Fue el pasado 13 de julio cuando esta localidad registró la temperatura más alta jamás alcanzada en nuestro país, 47,3 grados centígrados, pulverizando por muy poco el anterior récord que ostentaba Murcia.

Es el reflejo del intenso verano que ha vivido España, uno de los países que sufre más olas de calor. Sin embargo, para los mercados financieros este verano no ha sido un infierno y las temperaturas máximas no se han disparado tanto como en la calle. De hecho, las tensiones y volatilidad típicas de la época estival apenas se han asomado con contundencia a las pantallas de operadores e inversores, rompiendo una de las tónicas bursátiles más tradicionales. Unos y otros han podido tomarse un merecido descanso tras un agitado primer semestre del año en el que los índices bursátiles europeos, entre ellos nuestro Ibex-35, han coqueteado con los niveles más altos desde 2015, como los 11.000 puntos del Ibex-35, y Wall Street se ha acostumbrado a convivir con un máximo histórico tras otro sin despeinarse.

Tras este sosegado verano bursátil, tendencialmente bajista, todo interrogante gira en torno a cómo se comportarán las bolsas en otoño, estación para las que apenas queda una semana y que no siempre ha traído buenos recuerdos a los inversores. La fase de consolidación de niveles toca a su fin y habrá que ver si las bolsas tienen ganas y, sobre todo, argumentos para asaltar los máximos anuales.

A favor tienen la favorable coyuntura económica, la bajísima volatilidad reinante, los mejores resultados empresariales y la falta de alternativas de inversión a la bolsa. Pero en contra se suman crecientes riesgos a sus puertas, ya sea el probable carpetazo a los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales, el pobre resurgimiento de la inflación, la incesante subida del euro, la falta de concreción de la expansiva política económica de Trump en Estados Unidos, o el aumento de las tensiones geopolíticas por Corea del Norte.

De no concretarse, todos estos factores (bancos centrales, perspectivas de subidas de tipos de interés o Trump) que jugaban a favor de los inversores hace unos meses pueden volverse en contra y ralentizar las compras en renta variable en las próximas semanas. Por ello es tiempo de recurrir a los profesionales que tiene Globalcaja Banca Patrimonial, la división de la entidad financiera especializada en la gestión y asesoramiento de patrimonios.

Sus asesores le ayudarán a encontrar el mejor destino para su ahorro, fundamental para evitar sorpresas desagradables para su dinero. Los inversores se enfrentan a un momento complejo en los mercados dado que el estirón que han pegado las bolsas este año resta cada vez más oportunidades de inversión, de ahí la necesidad de recibir un asesoramiento especializado.