En la exposición se muestran más de 400 objetos de todo tipo
En la exposición se muestran más de 400 objetos de todo tipo - ANA PÉREZ HERRERA
CULTURA

Un soldado llamado Miguel de Cervantes

Una exposición gratuita en los museos de Santa Cruz y del Ejército, en Toledo, muestra la faceta militar del autor de Don Quijote de la Mancha

TOLEDO Actualizado: Guardar
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Al escritor, más si cabe si este se llama Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616) y ha escrito la más magna obra de la literatura universal, «Don Quijote de la Mancha», se le presupone en su Torre de Babel. Con su pluma afilada y toda la parafernalia que cada cual se imagine. Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Como cualquier hijo de su tiempo, Cervantes no vivió al margen de su época, y la que le tocó vivir fue la más gloriosa del imperio español, aquel en el que no se ponía el sol. Así que el autor del Quijote fue escritor, sí, pero también militar. Quizás a partes iguales.

Todo esto es lo que se cuenta en «Cervantes, soldado y poeta», una exposición con la que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha pone fin a las conmemoraciones del IV Centenario de la muerte de Cervantes.

La muestra se distribuye entre los museos Santa Cruz y del Ejército, ambos en Toledo; es gratuita y estará abierta hasta el 4 de mayo del año próximo. En ella hay más de 400 objetos, entre cuadros, armaduras, armas, libros, pendones o banderas de la época. A la inauguración acudieron este martes el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez, entre otras personalidades políticas, militares y hasta eclesiásticas.

Un pasaporte para viajar

«La existencia de un contexto internacional muy variopinto, con batallas en Flandes, en Alemania, en el Mediterráneo y en América, hacía que cualquier joven se sintiera atraído por la carrera militar, que le iba a facilitar conocer sitios nuevos. Cervantes tuvo una vida muy normal de la época», explicó Germán Dueñas, comisario de la exposición, en un pase previo a los medios de comunicación.

Cervantes fue «soldado, criado de un cardenal, prisionero, espía, recaudador de impuestos, comisario de abastos... fue apresado y excomulgado, dos veces en cada caso, se batió en varios duelos...». Su vida, pues, no desentona con lo que iba contando en sus libros. Es más: él mismo podría haber sido el personaje de alguno de ellos.

Al Ejército llegó en 1570. «Se alistó en Italia, en la compañía del capitán Diego de Urbina. Su unidad se embarcó junto con otras en las galeras de la Santa Alianza y combatió en Lepanto como soldado bisoño frente al Imperio otomano, donde perdió la movilidad de un brazo. Pero también combatió en La Goleta, Navarino o Túnez como soldado aventajado de infantería en la compañía del capitán Ponce de León, dentro del tercio del maestre de campo Lope de Figueroa», se lee en las paredes de la exposición.

Entonces «se consideraba un honor y un deber servir en los ejércitos reales, aunque la realidad del servicio resultaba extremadamente dura y en muchas ocasiones ingrata». Y los artistas y literatos no eran ajenos a aquello, y se mostraban «orgullosos de su paso por la milicia». Cervantes lo dejó escrito en el capítulo XXVIII de la primera parte del Quijote: «Sin las letras no se podrían sustentar las armas, porque la guerra también tiene sus leyes».

Cervantes se dejó la salud sirviendo en el Ejército y este, siglos después, lo reconoce «como uno de sus soldados más gloriosos», explicó el comisario Dueñas. «Por ejemplo, la base ultramoderna que el Ejército español tiene en Líbano se llama ‘Miguel de Cervantes’; algunos programas de escolarización que se hicieron en Yugoslavia también llevaban su nombre y hay varias unidades se dicen herederas de aquellas en las que combatió Cervantes», añadió.

El Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez, dijo que la institución ha organizado este año «más de 400 actos en toda España» en honor al autor del Quijote, y que la exposición era «uno de los más importantes».

650.000 visitantes

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirmó que Cervantes es un «gran símbolo de la literatura universal, de la cultura y de la dimensión universal de España», y resaltó que «no se puede contraponer cultura y mundo militar». El Museo del Ejército es «uno de los recintos que se acercan más a la historia de España, y una muy buena forma de explicar a nuestros hijos la historia de lo que ha sido el país», añadió.

Por otro lado, el presidente regional hizo balance del IV Centenario del fallecimiento de Cervantes, por cuyas actividades ya han pasado más de 650.000 personas, según la Junta de Comunidades. «Estuvimos a punto de no celebrar el centenario, pero tengo que agradecer el impulso de los Reyes de España y la puesta al día de todas las administraciones», dijo García-Page, quien calcula que el impacto económico que ha dejado en Castilla-La Mancha «podría alcanzar los 140 ó 150 millones de euros».

Por su parte, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, recordó que Cervantes, al que definió como «un toledano de corazón», vivió en la ciudad y que la huella que esta le dejó se refleja en varias de sus obras como, por ejemplo, «La Galatea», «El Quijote», «Rinconete y Cortadillo» o »Los trabajos de Persiles y Segismunda».

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