El arqueólogo Pelayo Quintero bien se merece un homenaje

El municipio de Uclés ha conmemorado este sábado el 150 aniversario del arqueólogo e historiador ucleseño Pelayo Quintero Atauri (Uclés, 1867-Tetuán, 1946) con la celebración de una jornada consistente en una exposición y posterior mesa redonda en torno a su figura, que ha organizado el Ayuntamiento junto con la Asociación Cultural Urcela. Una cita a la que no ha querido faltar el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto , que ha acudido acompañado del diputado de Cultura, Francisco Javier Doménech .

Prieto ha reivindicado el importante papel jugado por el arqueólogo ucleseño en torno a su municipio natal y el yacimiento romano de Segóbriga, cuyos estudios supusieron una sólida base para posteriores trabajos. Sin embargo, no ha tenido luego el correspondiente y merecido reconocimiento, afirmó Prieto. Algo en lo que han coincidido los dos ponentes de la mesa redonda, que se ha desarrollado en el centro social de la localidad, Ana Gálvez, concejal de Cultura, y Manuel Parodi, doctor en Historia y arqueólogo.

Gálvez se ha centrado en la figura de Pelayo Quintero y su relación con el municipio de Uclés, donde se inició en el mundo de la arqueología de la mano de las órdenes de los Jesuitas y, sobre todo, de los Agustinos, que ocuparon el monasterio de la localidad a finales del siglo XIX y principios del XX.

Ha destacado de él no solo su faceta como arqueólogo, sino también como apasionado del turismo, siendo el artífice del impulso de éste tanto en su localidad natal, Uclés, difundiéndola a través de la Asociación Española de Excursionistas, como en Cádiz, donde pasó gran parte de su vida y elaboró las primeras guías turísticas de la ciudad.

Tanto Gálvez como Parodi han llamado la atención sobre el carácter innovador de este insigne ucleseño, muy adelantado para su tiempo, no solo con la introducción de una novedosa metodología en un campo como la arqueología, sino también en el ámbito de las relaciones personales, apostando por la difusión de la cultura a toda la sociedad, sin excepciones, desde los niños hasta los mayores, pasando por las mujeres.

Esas prioridades estuvieron muy presentes a lo largo de su vida y que fue plasmando, primero, en su paso por distintas provincias andaluzas, en especial en Cádiz, donde fue director del Museo de Bellas Artes y participó en la organización de los actos conmemorativos de la Constitución de 1812, y, después, en su periplo por Marruecos, en concreto, en Tetuán, donde creó y dirigió el Museo Español.