«Fue un accidente y no podía controlar sus actos», exculpa la defensa al acusado de asesinar a su padre

Al letrado le parece «una atrocidad» la calificación de la fiscalía: «Se trató de un atropello normal y corriente»

Puerta de acceso a la Audiencia Provincial de Ciudad Real

EP

La defensa de C. A. O., de 32 años, acusado del presunto asesinato de su padre tras atropellarlo en Torrenueva (Ciudad Real) , ha considerado, en la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial con jurado popular, que lo ocurrido se trató de un atropello «normal y corriente». A esto, según la defensa, se unen unas circunstancias especiales debido a los niveles de alcohol y droga que el acusado presentaba en sangre, que hacían que fuera «totalmente ajeno a su voluntad» y que «no podía casi controlar sus actos».

Al letrado que defiende al acusado le parece «una atrocidad» calificar de asesinato los hechos ocurridos, tal y como sostiene la fiscalía, y ha criticado que esta no lo haya considerado así hasta el escrito de calificaciones. «Nunca se ha hablado de asesinato, sino de homicidio en grado de tentativa» , ha añadido, mientras ha mostrado la esperanza de que la fiscal cambie su parecer el último día. Por ende, la petición de 20 años de prisión le ha parecido «excesiva».

La defensa ha sostenido que nadie vio el atropello y que no hay posibilidades de que fuera a matarle «ya que no sabía dónde estaba», a lo que ha añadido que existe una frenada de seis metros y que en el coche no se encontró ninguna sustancia orgánica, como restos de cabello o piel.

Además, algo fundamental que, para el abogado defensor, prueba que el acusado no tenía la intención de matar a su padre fue que no «huyó», sino que regresó al bar a contar lo que le había pasado. Además, ha insistido en las «grandes contradicciones» en las que han incurrido los testigos durante las declaraciones de la instrucción.

Por todo ello, ha manifestado que lo ocurrido se trata una imprudencia temeraria con resultado de muerte con consumo de alcohol y drogas, por lo que ha pedido un año de prisión. En este punto, ha explicado que el acusado ha cumplido prisión preventiva desde el 13 de marzo de 2017, unos días después de que ocurrieran los hechos, saliendo en libertad hace unos meses.

Unos argumentos parecidos son los que sostiene la acusación particular, que representa a la hija y hermanas del fallecido. El letrado de esta parte ha considerado que la imprudencia es fruto del consumo del alcohol y las drogas, por lo que su petición de penas es algo mayor que la de la defensa. Además ha insistido en que una persona que «mata fríamente» no llama a su casa llorando. Esto, junto a la frenada y varias circunstancias que, a su juicio, no dejan «muy claro» cómo ocurrieron los hechos, son las bases para su calificación de los hechos.

«Acalorada discusión verbal»

Por su parte, la fiscalía continúa con su petición de 20 años de cárcel por el delito de asesinato -con el agravante de parentesco y los atenuantes de alcoholemia y drogadicción-, así como dos más contra la seguridad vial, uno por conducir bajo los efectos del alcohol y otro por negarse a someterse a todas las pruebas.

La fiscal ha manifestado ante el jurado popular y la sala su convencimiento de que «el acusado mató a su padre» y que ha tenido en cuenta que se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Un convencimiento que se basa en la discusión previa que mantuvieron ambos en un pub de la localidad la madrugada del 12 de marzo de 2017. Ha recordado cómo la víctima se acercó a su hijo en el pub en el que estaban y se enzarzaron en una «acalorada discusión verbal» hasta que el joven cogió una banqueta de hierro «con evidente intención de golpear con ella en la cabeza a su padre», aunque lo impidieron un camarero y otro cliente, tras lo que la víctima abandonó el local.

Ha resaltado el hecho de que cuando pasaron unos minutos el acusado le dijo a otro cliente «que su padre se iba a enterar», salió del pub, cogió el coche circulando a gran velocidad y gritando «maricón» e «hijo de puta» hasta que entró en la calle Ranas de la localidad, por donde iba la víctima, y, «mostrando el más absoluto desprecio hacia la vida de aquel» y «guiado en su ánimo por el propósito de acabar con su vida y siendo consciente de su nula capacidad de defensa», lo atropelló y lo dejó «tendido en un gran charco de sangre en el suelo».

«Ahogándose en su propia sangre»

En este punto, la fiscal ha incidido en el hecho de que dejó «a su padre ahogándose en su propia sangre» para regresar al pub para gritar a los que estaban que lo había atropellado pero se fue a su casa, pasando por donde estaba tendida la víctima sin acercarse «ni demostrar el más mínimo gesto de preocupación» y se metió en su casa, donde lo detuvieron después de que algunos vecinos atendieran a su padre que, tras ser reanimado, fue trasladado al Hospital General de Ciudad Real, donde falleció el 8 de abril.

La fiscalía también se ha mantenido en su solicitud de indemnizaciones. Así, pide 42.370 euros para la hermana -e hija también de la víctima- y con 15.147 euros a cada una de sus dos tías, hermanas de su padre. Unas cantidades con las que coincide la acusación particular.

Finalmente, el abogado de la compañía aseguradora del vehículo que se ha sumado a la consideración de asesinato de la fiscalía. Ha basado su argumentación en que el seguro del vehículo no cubre los hechos porque el acusado usó el coche como instrumento para cometer el delito con resultado de muerte.

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