Vídeo: la gran trabajadora abeja negra de Canarias

R.L.P.

La miel de abeja negra canaria goza desde los tiempos de la Roma imperial de una fama por su calidad que sus apicultores hoy pelean por conservar, sobre todo preservando su principal patrimonio: la abeja negra canaria. El historiador romano Plinio el Viejo (siglo I) deja pocas dudas de que hace, por lo menos, dos milenios que las abejas se asentaron en Canarias -su «Historia natural» cita la abundancia de miel de abeja negra en «las Islas Afortunadas»-, pero durante la conquista del archipiélago los castellanos apenas se encontraron unas pocas colonias salvajes en Gran Canaria, que luego llevaron a Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro, como relata el naturalista Viera y Clavijo (s. XVIII).

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