Manolo Torres - Fútbol Insular

UD Las Palmas: control deslizante

El paracaídas fue inventado por los chinos hace dos mil años, dicen

Edu Van Cleef

Manuel Torres

Saltar al campo. Este es el primer paso de un equipo de fútbol como Las Palmas, sujeto a su fin atávico, el de ganar. Pero, el equipo amarillo, da ahora un salto al vacío ante los socios. Conjunto sujeto a un frágil paracaídas, que queda al descubierto por la resistencia al aire, como si fueran dos sombreros de bambú a los que se agarraban los chinos de alta alcurnia desde época inmemorial. En tiempos más próximos, en la Italia de 1470, según un manuscrito del Museo Británico, nos indica la forma de contención de esa caída libre a través del diseño, basado en una apertura suave, y despliegue no excesivamente rápido, del tejido instrumental. La principal innovación, para frenar esa caída, radica en el dominio de la ralentización , del «control deslizante». Lo activa una pequeña pieza de tela rectangular, única en lo que fue llamado paracaídas.

El fundamento se basa en detener la caída. Es vital, y depende de la velocidad de apertura del despliegue de la tela, del tejido, es decir, la plantilla en la metáfora, a través de la cohesión y de los factores de protección. También, de la posibilidad de maniobrar contra elementos que se oponen, con una inteligencia colectiva, o sea, de obtener información. Y, lo más importante, alcanzar la clave que es ese «control deslizante», que permita abrirlo sin precipitación y controlarlo, para no caer en una fosa de «Nivel 2», proyectado bajo la ecuación: «x=x0-gt2/2», que acaba con el equipo en el dos, el de la Segunda División.

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