El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza
El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza - Fabián Simón
Tribunales

Polémica absolución de un presunto decapitador, juzgado 21 años después del crimen

Un jurado popular le exculpa pese a aceptar que una huella le sitúa en el lugar y en el momento del crimen

Zaragoza Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El macabro crimen cometido en un piso de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) en septiembre de 1996 se ha saldado con sentencia absolutoria. El único acusado, que fue imputado el año pasado tras una laboriosa investigación de la Guardia Civil, ha sido absuelto por el jurado popular pese a aceptar que una huella demuestra que estuvo presente en el escenario del crimen y cuando éste se produjo. El abogado de la familia de la víctima ha calificado de «inoncebible» el veredicto del jurado.

Nunca hasta ahora había llegado a sentarse nadie en el banquillo por el asesinato y decapitación de Eduardo Montori, un vecino de Ejea de los Caballeros que, a mediados de septiembre de 1996, fue hallado muerto con su cuerpo cosido a puñaladas y decapitado. No hubo pruebas incriminatorias suficientes para apuntar al autor hasta que, el año pasado, contrarreloj -quedaban semanas para que el caso prescribiera penalmente-, los expertos en criminalística de la Guardia Civil lograron rescatar una huella

que los investigadores habían obtenido en su día en la habitación donde apareció el cadáver. Se trataba de una huella impregnada en restos de sangre sobre una pared de la habitación donde se produjo el asesinato.

Hace 21 años, las técnicas de criminalística no alcanzaban a donde llegan ahora. Pero, tras rescatar esa huella de los archivos, en los laboratorios de la Guardia Civil sí que lograron sacarle partido con las técnicas actuales. Y concluyeron que no había duda de que esa huella correspondía a Pablo Miguel Canales, otro vecino de Ejea de los Caballeros, amigo de la víctima, viejo conocido de las fuerzas de seguridad y en prisión actualmente por otras causas.

Canales fue imputado y esta semana se ha celebrado el juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Sin embargo, el jurado popular le ha absuelto. Considera que hay «muchas dudas» sobre la autoría y que son «insuficientes» las pruebas incriminatorias aportadas contra el acusado. Una conclusión a la que llega el jurado pese a admitir como cierta la prueba de la Guardia Civil que sitúa a Canales en el lugar del macabro asesinato y en el momento en el que éste se produjo. Y también pese a los testimonios de vecinos y agentes de las fuerzas de seguridad, que explicaron que, con el paso de los años, el acusado había alardeado en no pocas ocasiones de haber matado y decapitado a Eduardo Montori.

Cuando se enfrentó a esos testimonios, el acusado dijo durante el juicio que se había tratado simplemente de «bravuconadas», negó que en realidad él hubiera cometido el crimen.

La Fiscalía pedía contra él 23 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. El abogado de la familia de la víctima reclamaba 20 años de cárcel. La defensa del acusado solicitaba su absolución por falta de pruebas suficientes. Y, finalmente, el jurado popular se ha inclinado por esta última opción y le ha declarado no culpable por un crimen que, según la investigación policial, se había producido en su día como mortal represalia por asuntos relacionados con el tráfico de drogas.

Tras conocer el fallo del jurado, el abogado de la familia de la víctima, Javier Notivoli, indicó que van a estudiar recurrir esta sentencia. Calificó el veredicto absolutorio de «inconcebible». No ve razonable que el jurado haya absuelto al acusado pese a dar por probado que estuvo en el lugar y en el momento del crimen. A su juicio, como mínimo debería haber sido condenado como cooperador o encubridor de asesinato.

Ver los comentarios