Sociedad

La desertización ya amenaza a un tercio de Aragón, azotado por una creciente aridez climática

Hace 50 años el clima estepario era minoritario en la región. Ahora afecta a la mayor parte de la provincia de Zaragoza

Los paisajes áridos han aumentado aceleradamente en Aragón, sobre todo en los veinte últimos años Fabián Simón

R. Pérez

Un tercio de Aragón es ya una estepa en términos climáticos . Hace 50 años, la aridez se concentraba solo en una minúscula porción de la geografía aragonesa, pero desde entonces se ha extendido de forma rápida e imparable, hasta el punto de abarcar a la mayor parte de la provincia de Zaragoza , a una amplia porción de la provincia de Huesca y a una significativa parte del norte de Teruel .

Así lo ponen de manifiesto los datos que ha ido recopilando y procesando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desde el año 1961. Toma como referencia la pluviometría y la temperatura. Y lo que arroja esa combinación es que el clima semiárido, amenazante antesala de la desertización, se ha extendido en Aragón de forma muy preocupante.

En los años 60, el clima estepario solo azotaba en Aragón a zonas muy específicas del Valle del Ebro. En concreto, a una estrecha franja de territorio situada al norte de las comarcas turolenses del Matarraña y del Bajo Aragón, y al sur de la comarca de Caspe. También a puntos concretos y muy poco extensos de los alrededores más áridos de Zaragoza.

Ahora, sin embargo, esa estepa -tal y como la definen los meteorólogos- se extiende por la mayor parte de la provincia de Zaragoza -comarcas de Caspe, Belchite, Ribera Baja del Ebro, Ribera Alta, comarca de Zaragoza, parte de Valdejalón , y ya se ha empezado a adentrar en la comarca de Calatayud -; por una amplia porción de la provincia de Huesca -comarcas de La Litera, Cinco Medio, Bajo Cinca, Monegros y una porción al sur de la comarca de Barbastro -; y por las comarcas turolenses del Bajo Martín, el Bajo Aragón y parte del Matarraña .

Todo ese territorio conforma la amplia extensión de la geografía aragonesa que ya está catalogada técnicamente como «estepa», azotada por un clima semiárido caracterizado por una creciente escasez de lluvias y unas temperaturas cada vez mayores a lo largo del año, lo que compromete la vegetación y favorece los eriales.

Cada vez menos frío y veranos más largos

A su vez, eso es la expresión de ese progresivo calentamiento que se está apreciando en la mayor parte de España, y del que la Aemet ha alertado en un informe que ha publicado hace escasos días. En él se indica que ese calentamiento hace que, de media, los veranos duren en España cinco semanas más que en los años 80 -esa tendencia al calentamiento se ha hecho especialmente notoria en los últimos quince años -.

Hay zonas en las que la época estival todavía se han alargado más, como es el caso de la mayor parte de Aragón, donde la Aemet calcula que las temperaturas veraniegas se dan durante siete semanas más que hace apenas 40 años.

Eso, combinado con una menor abundancia de lluvias, da como resultado «un claro aumento de la extensión de los climas semiáridos que se puede estimar en más de 30.000 kilómetros cuadrados» en el conjunto de España, según indica la Aemet en su informe. Supone el 6% de la superficie total del país. Y «las zonas más afectadas con Castilla-La Mancha, el Valle del Ebro y el sureste peninsular», indican los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología.

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