El yihadista que quería atentar en Semana Santa recibía órdenes de Daesh desde zona de yihad

El juez deja libre a un amigo del principal sospechoso detenido el sábado en Sevilla

Calle Ortega y Gasset de Sevilla, donde residia el detenido en Marruecos J.M. Serrano

Silvia Tubio

Zouhair El Bouhdidi, el estudiante de la Universidad de Sevilla detenido el pasado día 9 en Marruecos como sospechoso de planificar un atentado yihadista en Semana Santa recibía órdenes directas de un jefe de Daesh que permanece oculto en zona de yihad, según fuentes de la máxima solvencia consultadas por ABC. El arrestado, en sus declaraciones ante los agentes antiterroristas del Reino alhauí, facilitó la identidad de varias personas de su entorno en la capital hispalense que están siendo investigados por la Comisaría General de Información de la Policía.

Una de ellas, Salah Eddine T. M ., estudiante de la misma facultad, fue arrestado el pasado sábado y puesto el martes a disposición de la Audiencia Nacional. El juez encargado del caso, José Luis Calama Teixeira , ordenó su puesta en libertad con cargos y con medidas cautelares.

Por lo que respecta al segundo detenido las fuentes consultadas aseguran que viajó a Marruecos los mismos días que su amigo Zouhair El Bouhdidi y que como él tuvo algún contacto, aunque esporádico, con jefes de Daesh que operan desde fuera de España y también de Marruecos. Para la Fiscalía de la Audiencia Nacional había elementos suficientes para ordenar su ingreso en prisión, a lo que se opuso el instructor. Los medios consultados afirman que el Ministerio Público podría recurrir esta decisión en las próximas horas. Con el arresto de este segundo individuo no concluyen las investigaciones de los servicios antiterroristas españoles , ya que Zouhair El Bouhdidi aportó las identidades de más personas. Por tanto, en modo alguno se puede descartar que se produzcan nuevos arrestos.

Un piso de protección

El segundo sospechoso también está afincado en la capital andaluza desde hace años y mantenía una estrecha relación con El Bouhdidi, que parece configurarse como el jefe de una incipiente célula yihadista que se estaba creando en Sevilla . Salah Eddine T. M., de 21 años, fue detenido en su domicilio de Sevilla Este, que fue registrado. En la vivienda, un piso de protección situado en el número 10 de la calle Tailandia, vive con sus padres y tres hermanos más. Ayer la tranquilidad era absoluta en el vecindario de Salah Eddine T. M., situado en el extrarradio de Sevilla y habitado por personas de clase media. A diferencia de otros puntos de la ciudad, la presencia de musulmanes en esta zona es minoritaria.

«La Policía estuvo aquí el lunes, al mediodía. Iban de paisano pero se les notaba de lejos que estaba pasando algo. Tenían a agentes controlando los accesos a la calle. Fueron muy discretos, pero los que somos del barrio y conocemos a la gente, sospechamos que estaba pasando algo». El dueño de un bar próximo al bloque de viviendas relata a ABC cómo los agentes de Información trataron de no levantar excesivas sospechas para evitar que se corriera la voz y el registro volviera a ser retransmitido casi en directo como ocurriera el Miércoles Santo.

«Madre de Satán»

Las investigaciones en torno a esta célula, que están bajo secreto de sumario, han sido de las más tensas de los últimos años. El riesgo de que se perpetrara un atentado era real, ya que además Zouhair El Bouhdidi, además de alardear de sus intenciones en foros yihadistas , fue detectado cuando consultaba con su móvil cómo preparar el explosivo conocido como la «madre de Satán». La peligrosidad de este sujeto estaba corroborada tanto por los servicios de inteligencia españoles como marroquíes, y de ahí que cuando a finales de marzo se le puso bajo la lupa fue controlado en todo momento por más de medio centenar de agentes.

El hecho de que viajara en abril a Marruecos para despedirse de su abuela enferma -al menos eso es lo que alega- y tras averiguarse que iba a volver a España el día 15, en plena Semana Santa, fue aprovechado por los encargados del caso para conjurar el riesgo y proceder a su detención en territorio marroquí. Aun así el riesgo no estaba del todo conjurado, ya que no se sabía si los planes terroristas estaban ya en marcha y cuántos yihadistas podían estar implicados.

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