Sánchez se ve víctima del «acoso personal» de «la derecha» para «abatirle»

El Gobierno rechaza que el presidente dé explicaciones públicas y acusa de «boicot» a PP, Cs y a ABC

Isabel Celaá, ayer, en Moncloa Óscar del Pozo

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La enorme tensión vivida por el Gobierno en su peor semana -en la que la ministra de Sanidad tuvo que dimitir por plagio y se ha puesto en solfa el prestigio curricular del presidente- atravesó ayer la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La portavoz, Isabel Celaá, aseveró que Pedro Sánchez es víctima de «acoso personal» y denunció una supuesta campaña orquestada por «la derecha» con la intención de «abatirle». En esa cacería, según Moncloa, participarían el PP y Ciudadanos, con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, como cooperadora necesaria, y ABC.

Establecida la línea de defensa desde el argumento sentimental de ataque «personal» injustificado, el Ejecutivo salió ayer al contraataque y exigió a PP y Cs que pidan «perdón» y a este diario, que «rectifique».

La portavoz se dirigió a ABC para que «reconduzca, revise y corrija» sus extensas informaciones de los últimos días acreditando irregularidades en la tesis del presidente. Lo hizo en estos términos: «Un medio de calidad acepta estas cuestiones. Creo que si hoy ese medio, que tiene 114 años de historia valiosa -en realidad son 115 años- debería estar a la altura y rectificar cuando se ha equivocado».

También involucró en esa campaña de «boicot» a la presidenta de la Cámara Baja, a la que recriminó que hubiera permitido a Albert Rivera cambiar sobre la marcha la pregunta en la sesión de control al presidente: En lugar de sobre Cataluña, le pidió que publicara su tesis para disipar dudas.

Celaá intentó transmitir fortaleza de un Gobierno que apenas suma 105 días y atraviesa su peor momento de crédito político, agravado por su propia contradicción interna ante la venta de bombas a Arabia Saudí . Sánchez, proclamó la portavoz, «está fuerte, firme», pero rechazó que vaya a a comparecer públicamente para responder a las acusaciones de plagio en su tesis doctoral, que mantiene este diario. El Gobierno cree poder dar carpetazo a este asunto con la publicación de su trabajo, ayer, en internet. Por si acaso, confía en que sus aliados parlamentarios le eviten el trago de tener que explicar este asunto en el Congreso, como reclaman PP y Ciudadanos.

«Acosan personalmente a una persona sobre temas que pertenecen a su currículum perfectamente probado. Hablemos de política, lo demás está perfectamente acreditado», insistió Celaá para reiterar que el jefe del Ejecutivo no tiene intención de ofrecer más explicaciones públicas sobre su tesis, ni en el Parlamento ni en Moncloa. «¿Por qué habría de hacerlo? ¿Por qué habría de comparecer el presidente cuando se han dado todas las explicaciones sobre una tesis doctoral bien configurada en tiempo y forma y se ha sometido a programas informáticos? (…) ¿De qué estamos hablando, de un presidente o de un doctorando? O de un presidente que hay que abatir por el mero hecho de que la derecha por una estrategia conjunta y atrevida?», afirmó Celaá siguiendo la misma línea argumental que fijó la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Defendió que el de Sánchez fue un trabajo «original», como según Moncloa habría quedado demostrado tras someter el texto a dos programas informáticos para evitar el plagio. En uno de ellos, Turniting, se aprecia un 13% de coincidencia, pero la ministra de Educación justificó que «es un contenido original en tanto no supere el 24%».

Sánchez, enfatizó Celaá, «es un presidente del gobierno acosado, atacado por las fuerzas de la oposición». Aún así, se siente «fuerte y firme» y está «convencido» de que «todo lo que se ha montado ha sido solo para armar ruido y tratar de abatir al Gobierno». Negó que afecten a su credibilidad. Fuentes de Presidencia reconocieron sin embargo que los escándalos de esta semana han golpeado a Sánchez con crudeza. «Política y humanamente ha sido muy duro», apuntaron.

Por último, Celaá insistió en la «ejemplaridad» de Carmen Montón y su «generosidad» al renunciar a su cargo y agradeció su «magnífico» trabajo como ministra. Aún así, la portavoz justificó que «a una persona no se le puede quitar la honra o el prestigio por una sola actuación en su vida que ocurrió hace años y no se sabe en qué circunstancias».

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