Sánchez, el discurso más largo de todos y el debate más corto en 20 años

El socialista superó a todos los candidatos al Gobierno anteriores al consumir una hora y 45 minutos en explicar su programa

Madrid Actualizado: Guardar
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Pedro Sánchez se reservó en exclusiva la tarde del miércoles, primera de la sesión de su por ahora fallida investidura, para ofrecer un discurso que ha resultado ser el más largo de cuantos han pronunciado en el hemiciclo los anteriores candidatos a la presidencia del Gobierno. Ese generoso uso del tiempo contrasta con la poca extensión del debate posterior, que fue el más corto desde el que acompañó a la elección de José María Aznar el sábado 4 de mayo de 1996, entre otras cosas debido a que el hoy líder del PSOE fue más bien parco en sus contestaciones a sus interlocutores.

En concreto, Sánchez empleó una hora y cuarenta y cinco minutos para solicitar la confianza de la Cámara, tiempo que contrasta con la hora escasa que Aznar utilizó para explicar las directrices de lo que sería su primer mandato en 2000 -y eso que era resultado de un acuerdo difícil con CiU y el PNV- , o la hora y cinco minutos que llevó a Felipe González desgranar en 1993

el programa de su último gobierno.

En cuanto al debate de investidura, las fuerzas políticas convocadas en esta ocasión al día siguiente de la intervención de Pedro Sánchez y la votación final ocuparon un tiempo neto de nueve horas y cuarenta y cinco minutos, que se partieron con una pausa para comer. La discusión más larga hasta la fecha se remonta a abril de 2004, cuando los turnos de contestación a José Luis Rodríguez Zapatero se dilataron trece horas, hasta el punto de que la primera sesión en el Congreso acabó en aquella ocasión a las doce y diez minutos de la noche.

Los debates más breves se corresponden con los tiempos de las mayorías absolutas de Felipe González, -que duraban en torno a las siete horas y media a excepción del de 1986, que alcanzó casi las once horas- y sin olvidar que en 1979, con Adolfo Suárez como candidato, simplemente no hubo tal debate.

Tras la dimisión de Suárez y dentro de su misma legislatura, la I, tocó el turno a Leopoldo Calvo Sotelo, que no obtuvo la confianza de la Cámara en primera una primera vuelta en la que se contabilizaron once horas y cincuenta horas de discusiones. Por ese motivo que se tuvo que ir a una segunda votación, interrumpida luego por el 23F y que tuvo que reanudarse dos días más tarde, lo que convierte a esta en la investidura más prolongada de la democracia reciente.

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