El PNV salva al Gobierno mientras negocia con Bildu una «Euskal Herria»

Apoya a Rajoy pese a estar vigente el 155 entre reproches a Torra. Justifica su viraje para alejar el «abismo» de la inestabilidad catalana pero no renuncia a la construcción de «Euskal Herria»

Aitor Esteban, ayer en el Congreso JAIME GARCÍA
Itziar Reyero

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El PNV volvió a hacer ayer un ejercicio de funambulismo político confirmando su apoyo a los Presupuestos Generales pese a que habían prometido no hacerlo estando en vigor el artículo 155 en Cataluña. El partido nacionalista vasco trituró el discurso que había mantenido desde septiembre y en plena intervención de la autonomía catalana por el desafío separatista al final se decantó por apoyar a Mariano Rajoy. Pero mientras en Madrid otorgaba estabilidad a España, apuntalando al Gobierno del PP hasta 2020, el PNV pactó ayer en Vitoria una reforma estatutaria que reconozca a «Euskal Herria» y les permita avanzar hacia la construcción «nacional vasca».

De esta forma, los herederos de Sabino Arana siguen poniendo sus velas a dios y al diablo según más le convenga. Ayer fueron a dos manos. Se la dieron a Rajoy en el Congreso para aprobarle los Presupuestos y se la estrecharon también a la vieja Batasuna en el Parlamento vasco. Avivaron el espíritu del viejo Plan Ibarretxe firmando un borrador de reforma que distingue entre «ciudadanos» y «nacionales» y que desborda claramente la Constitución. Pero al mismo tiempo se descolgaron del separatismo catalán, que pretende arrastrar al País Vasco a su «abismo» .

El PNV dijo haber sido «generoso» con Cataluña pero marcó distancias con Torra, al que atribuye el bloqueo del 155: «No nos chupamos el dedo»

Lo cierto es que la negociación de los Presupuestos encierra un pulso soterrado de Carles Puigdemont y Quim Torra no solo al Estado, sino al propio PNV. La formación de Andoni Ortuzar se vio atrapado por su propia retórica de no negociar con Rajoy mientras durara el 155, al considerar que era una «amenaza» también contra el autogobierno vasco. Pero pasaron meses de bloqueo y, ante el último intento de formar un Govern imposible con consejeros presos y fugados, se hartó .

Cortafuegos con Torra

Llegado el día límite para los Presupuesto, el PNV eligió dar el «sí» a Rajoy y marcar un cortafuegos con Torra . Su portavoz en el Congreso razonó el viraje en que el final del 155 es «inminente», La formación de «un gobierno sin tacha» en Cataluña es cuestión de «días», avanzó Aitor Esteban , que dijo tener «convencimiento y conocimiento», pero sin «garantías». El eje discursivo es débil porque en realidad, admiten desde la dirección vasca, no tienen certeza de que Torra vaya a formar Govern pronto. «Ya no nos fiamos de nada de lo que digan» , reconocieron en privado fuentes del PNV a ABC.

Esteban descargó responsabilidades sobre el soberanismo al que recriminó que ponga palos a recuperar el autogobierno: «No me arrepiento de haber dado cobertura a Cataluña todos estos meses. Hemos actuado de buena fe, generosamente. Pero que tampoco piense nadie que nos chupamos el dedo y no conocemos todas las circunstancias».

Rivera, el temido

De fondo, los vascos justificaron su apoyo a Rajoy por «responsabilidad» y para evitar que el «abismo» de la inestabilidad política catalana se extienda a todos. La caída de los Presupuestos conllevaba la caída del Gobierno, argumentó Esteban. Y eso «beneficia al señor Rivera», admitió abiertamente. La tesis vasca es que ir a elecciones alarga «sine die» el 155 en Cataluña pero además desataría una «carrera electoral en términos de dureza hacia Cataluña»,entre el PP y Ciudadanos «muy preocupante».

Rivera le «agradeció» al PNV su «sinceridad» considerándole como el gran azote del nacionalismo, el más temido. El PSOE lamentó que el grupo vasco «regale un año más» al PP. Más duros fueron Podemos y Bildu acusándole de «mentir» por haber pactado con Rajoy mientras Cataluña sigue intervenida. «Dañan la dignidad de los vascos», afirmó Pablo Iglesias. La portavoz de Bildu, Miren Beitialarrangoitia situó al PNV en «el club del 155».

176 votos a favor

Fue a la hora de comer cuando la ejecutiva del PNV confirmó que daban el «sí definitivo» a un proyecto en el que arrancaron una subida generalizada de las pensiones, además de otros 70 millones más en inversiones para el País Vasco. Como el año pasado, hubo 176 votos a favor: PP, Cs, PNV, UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canarias apoyaron al Gobierno.

Esteban reconoció que el PNV se ha visto en una compleja encrucijada. Existe una fuerte división interna entre quienes apuestan por el pragmatismo -el presidente, el lendakari, Iñigo Urkullu , el portavoz parlamentario en Madrid- o los que desaconsejaban pactar por ser una operación difícil de digerir para su electorado más soberanista. Entre estos se halla el sector guipuzcoano de Joseba Egibar , que se consoló firmando con Bildu la propuesta de reforma del Estatuto hacia una «Euskal Herria» como «sujeto político». Pero otros dirigentes orgánicos del partido creen que la operación política es de alto riesgo para sus intereses electorales y que mejor hubiera sido dejar pasar esta partida.

Sin embargo, se impuso el criterio de Ortuzar, convencido de que el PNV debe seguir explotando su posición privilegiada por ser sus votos decisivos para el Gobierno, consciente de que puede ser la última vez. De fondo el PNV insiste en que el tablero político puede recentralizarse por culpa del desafío separatista, que ha llevado el choque institucional a niveles no explorados ni por Ibarretxe.

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