¿Por qué Rajoy se lleva tan mal con Rivera?

Rajoy confiesa en privado que le irrita que Rivera no cumple su palabra y personalmente que cuando se veían (no lo hacen desde diciembre pasado) el otro hablaba y hablaba sin escucharle a él

Encuentro del psado 2 de octubre en Moncloa entre Mariano Rajoy y Albert Rivera en Moncloa José Ramón Ladra
Curri Valenzuela

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Mariano Rajoy trata a Albert Rivera como si este fuera un imberbe vicesecretario general del PP recién llegado de provincias; el líder de Ciudadanos trata al presidente del Gobierno como sabiéndose predestinado a heredar su despacho de La Moncloa. Los dos se irritan mutuamente en lo político y a nivel personal , como queda en evidencia en los rifirrafes que protagonizan en las sesiones de Control del Congreso. Y, sin embargo, están condenados a entenderse.

El del miércoles pasado fue sonado. Rivera acusó a Rajoy de blando en la aplicación del 155 y el presidente, que se crispa con él como no lo había hecho en el Congreso desde que Rosa Díez dejó de ser diputada, le llamó aprovechategui, tras lo cual el de Ciudadanos salió del Pleno para proclamar ante cámaras y micrófonos que daba por rota su alianza con el Gobierno sobre Cataluña. Como otras veces, sus respectivos peones de confianza, Fernando Martínez Maíllo y José Manuel Villegas, intentaron que el agua no llegara al río en una charla de pasillo. Parece que de nuevo lo consiguieron. Hasta la próxima.

La relación entre los dos líderes políticos es mala desde su comienzo. Cuando Ciudadanos empezó a comerse los votos del PP de Cataluña mientras este votaba a favor de los Presupuestos de Artur Mas, Rivera fue requerido en Madrid para entrevistarse con el quién es quién de la capital, incluídos los por entonces Rey y Príncipe, momento en que quiso hablar también con Rajoy. Cuando llamó a Moncloa, su jefe de gabinete, Jorge Moragas, le mandó a despachar con Alicia Sánchez Camacho, a la sazón presidenta de los populares catalanes.

Cuando Ciudadanos comenzó a comerse también los votos del PP a nivel nacional, Rajoy trató de ganárselo para que formara gobierno con él. Tras su primera entrevista, en Moncloa hicieron bromas de si le iba a quitar el puesto a Soraya cuando vieron al presidente enseñar a su posible socio los jardines y acompañarle hasta la sala de su rueda de prensa. Pero Ciudadanos rechazó la oferta pensando que ganaría más votos fuera. Parece no haberse equivocado .

Rajoy confiesa en privado que le irrita que Rivera no cumple su palabra y personalmente que cuando se veían (no lo hacen desde diciembre pasado) el otro hablaba y hablaba sin escucharle a él. A menudo pide a los suyos que le ataquen, pero ahí se estrella. Todo cargo popular o gobierna con Ciudadanos o aspira a hacerlo. Lo de «aprovechategui» solo se atreve a decirlo él . Y a Rivera no le viene mal que el presidente le ataque.

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