Puigdemont y Colau denuncian la «represión sin precedentes» del Gobierno

En una carta firmada también por Junqueras y Forcadell, piden a Rajoy «un diálogo abierto y sin condiciones» para un referéndum

Vídeo: Ada Colau explica el envío de la carta al Rey y a Rajoy

EFE / ABC.ES

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, han enviado una carta al Rey y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que reclaman negociar un referéndum.

En su carta conjunta, avanzada por RAC 1 y a la que ha tenido acceso Efe, las máximas autoridades del Govern, Parlament y Ayuntamiento de Barcelona advierten de que «no dialogar es incompatible con la resolución de los problemas» y añaden: «Nuestra disposición al diálogo ha sido, es y será permanente».

«Queremos hacer un nuevo llamamiento al diálogo al Gobierno español y, en particular, a su presidente, Mariano Rajoy. Un llamamiento al diálogo para abordar de qué manera nos podemos poner de acuerdo para que los catalanes celebremos un referéndum», afirman, en un último intento de acordar la consulta antes del 1-O.

A 16 días del 1 de octubre, fecha para la que el Govern convocó un referéndum sobre la independencia de Cataluña, suspendido por el Tribunal Constitucional (TC), Puigdemont, Junqueras, Forcadell y Colau reclaman un «diálogo abierto, sin condiciones», para «hacer posible lo que en democracia nunca es ni un problema ni aún menos un delito: escuchar la voz de la ciudadanía».

En la misiva, remarcan que «los conflictos políticos se resuelven, en los sistemas democráticos, a través de propuestas políticas que son consecuencia de negociaciones y diálogo», pero la «respuesta» del Estado al caso catalán «siempre ha sido negativa o con un recorte insostenible» , y recuerdan que el TC «tumbó» el Estatut aprobado en referéndum en 2006, lo que "rompió el pacto pacte constitucional de 1978".

Ahora, el Govern propone resolver el «conflicto» mediante un referéndum de autodeterminación para el 1-O, que no cuenta con el «acuerdo» del Estado «como habría sido deseable y como se ha pedido reiteradamente por una amplia representación de los parlamentarios y de la sociedad catalanes», señalan, en referencia al Pacto Nacional por el Referéndum. «De hecho, hoy la justicia española está interrogando a responsables de aquel Pacto, aprobado por el Parlament y nunca invalidado por el Tribunal Constitucional, como si se tratase de una actividad ilícita», denuncian.

Pero «lejos de abrir la puerta al diálogo, el Estado español ha iniciado una ofensiva de represión sin precedentes en que contempla desde la limitación del derecho fundamental a la libertad de expresión» hasta la «detención del 75 % de los alcaldes de Cataluña» que se han comprometido a facilitar el 1-O, indica la carta, que se hace eco de las "querellas penales" de la Fiscalía contra el Govern y la mayoría de miembros de la Mesa del Parlament. «Todo esto, pese a que el Código Penal español confirma que convocar un referéndum, aunque sea sin acuerdo, no es nunca un delito», añaden los firmantes de la carta, que destacan el apoyo «incuestionable» de la sociedad catalana a la celebración de una consulta.

Con relación a esta carta, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha señalado hoy, en declaraciones a Catalunya Ràdio, que el objetivo de la misma es promover el «diálogo» y el «sentido común». «Vamos a reconducir esta situación que no lleva a ninguna parte, que no es buena para nadie, ni para Cataluña, ni para España».

CARTA ÍNTEGRA

«Los conflictos políticos se resuelven, en los sistemas democráticos, a través de propuestas políticas que son consecuencia de negociaciones y diálogo. Entre Cataluña y el Estado español existe un evidente conflicto político que viene de lejos y que hemos intentado resolver con el máximo acuerdo. Pero la respuesta siempre ha sido una negativa o, peor aún, una reacción regresiva insostenible. Cuando el Tribunal Constitucional tumbó el Estatuto, que previamente había sido votado por los parlamentos catalán y español y aprobado en referéndum por los ciudadanos de Catalunya, se rompió el pacto constitucional de 1978.

Posteriormente, se han formulado propuestas como un pacto fiscal en la línea del concierto económico de que dispone el País Vasco o una consulta no vinculante para conocer la opinión de los catalanes, pero todo ha sido en vano. El “no” ha sido la única respuesta. Este conflicto, después de haber intentado todas las vías anteriores, el Gobierno de Cataluña propone resolverlo convocando un referéndum de autodeterminación para el próximo día 1 de octubre. Este referéndum no cuenta, como es conocido por todo el mundo, con el acuerdo del Estado español, como hubiera sido deseable y como ha pedido reiteradamente una amplia representación de los parlamentarios y de la sociedad catalana.

En concreto, se constituyó un espacio llamado “Pacto Nacional por el Referéndum” que aspiraba a abrir un diálogo que finalmente tampoco fue posible. De hecho, hoy la justicia española está investigando responsables de aquel Pacto, aprobado por el Parlamento y nunca invalidado por el Tribunal Constitucional, como si se tratase de una actividad ilícita. Lejos de abrir la puerta al diálogo, el Estado español ha empezado una ofensiva de represión sin precedentes en la que contempla desde la limitación al derecho fundamental a la libertad de expresión, impidiendo actos públicos y amenazando medios de comunicación, hasta la detención del 75% de los alcaldes de Cataluña por haberse mostrado dispuestos a participar en el referéndum. Mientras tanto, ha presentado querellas penales contra todo el Gobierno de Cataluña y contra la mayoría de la mesa del Parlamento, ha clausurado la web informativa del referéndum, ha prohibido la difusión de información y publicidad y ha politizado órganos que tendrían que ser independientes, como el mismo Tribunal Constitucional y otros estamentos del Poder Judicial.

Todo esto, a pesar de que el Código Penal español confirma que convocar un referéndum, aunque sea sin acuerdo, no es nunca un delito. Por otra parte, el apoyo de la sociedad catalana a la celebración de un referéndum es incuestionable desde todos los puntos de vista. Los resultados electorales así lo confirman, como también las resoluciones parlamentarias y las movilizaciones masivas de cada 11 de septiembre, que de manera reiterada y desde 2012 mueven millones de personas. Movilizaciones siempre pacíficas y convivenciales, que han sido alabadas por la prensa internacional como ejemplo de civismo.

Es por esto que queremos hacer un nuevo llamamiento al diálogo al Gobierno español, y en particular a su presidente, Sr. Mariano Rajoy. Un llamamiento al diálogo para abordar de qué manera nos podemos poner de acuerdo para que los catalanes celebremos el referéndum. Un diálogo abierto y sin condiciones. Un diálogo político, desde la legitimidad que cada uno representa, para hacer posible lo que en democracia nunca es problema ni todavía menos un delito: escuchar la voz de la ciudadanía. Nos dirigimos, en este sentido, al Presidente Mariano Rajoy y enviamos una copia al Jefe del Estado, S.M. el Rey Felipe VI, para que entienda que no dialogar es incompatible con la resolución de los problemas. Nuestra disposición al diálogo ha sido, es y será permanente”

El PP responde

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo , ha recordado este viernes al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que cualquier diálogo debe mantener el respeto al Estado de Derecho y a la soberanía nacional . Según ha añadido, así se lo trasladó el propio Mariano Rajoy al presidente catalán en una carta que le envío el pasado 5 de mayo para negociar el referéndum.

Los «populares» consideran que el límite de cualquier diálogo está en el respeto a la soberanía nacional y el Estado de Derecho, un mensaje que han trasladado en numerosas ocasiones. «Estamos dispuestos a negociar todo lo que sea negociable, siempre manteniendo el respeto al Estado de Derecho y a la soberanía nacional», ha señalado Maillo en su cuenta oficial de Twitter.

El coordinador del PP adjunta en su mensaje la carta que el pasado 25 de mayo le mandó Rajoy a Puigdemont , en la que le decía que no cabía ninguna negociación sobre el referéndum a «espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley».

El presidente del Gobierno le recriminaba también entonces que ofreciera diálogo pero luego «amenazase» con una declaración de independencia en caso de no ser «satisfechas» sus pretensiones. «Diálogo en la ley y defensa de los derechos de todos los españoles», decía Rajoy.

Igual que ahora, Puigdemont le había enviado una misiva solicitando iniciar «negociaciones sobre los términos y las condiciones del referéndum», expresando su voluntad de buscar una «solución política pactada y acordada» ante las demandas de la ciudadanía de Cataluña de poder decidir su futuro político.

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