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El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz - EFE

El PSOE fuerza al PP a aplazar la elección de Fernández Díaz como presidente de la Comisión de Exteriores

Los socialistas habían advertido a los populares que propondrían un candidato alternativo que resultaría elegido con los votos de Podemos y los nacionalistas

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En un giro inesperado ha sido el PP, y no la alianza de Podemos con los nacionalistas, quien ha pedido esta mañana el aplazamiento de la elección del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, como nuevo presidente de la Comisión de Exteriores.

No le ha quedado otro remedio a los populares después de que el PSOE endureciera su posición en las últimas horas y le amenazara con presentar un candidato alternativo si seguía adelante con la propuesta del exministro.

El nombre propuesto por los socialistas se habría impuesto en la votación a Fernández Díaz ya que habría contado con el respaldo de Podemos y los grupos independentistas catalanes, ERC y el PDECAT (la antigua Convergencia). Y, según el PSOE, sería un nombramiento temporal ya que hubiera dimitido en el momento en el que el PP hubiera presentado otro candidato.

Antes que perder la votación, los populares han decidido posponer por ahora la elección, aunque insistiendo que el exministro es su primer opción «a día de hoy» para la presidencia de la Comisión de Exteriores.

Argumenta el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, que el aplazamiento busca conceder tiempo al PSOE y los demás grupos para que reconsideren su rechazo a Fernández Díaz y cumplen el acuerdo institucional alcanzado entre todos los grupos para el reparto de los cargos en las distintas comisiones.

No obstante, los populares han intentado, de manera paralela, negociar el nombramiento del exministro como presidente de la Comisión del Tribunal de Cuentas como solución alternativa. Pero esta maniobra también se ha encontrado con el rechazo frontal de los socialistas, para mayor vilipendio a la figura del exministro.

Pese a la insistencia del PP en mantener a Fernández Díaz, el protagonista de la polémica ha mostrado su disposición a abandonar esta batalla. Esta mañana, ante el devenir de los acontecimientos, el exministro, visiblemente irritado con el PSOE, ha subrayado a los periodistas en los pasillos del Congreso que no ha solicitado cargo alguno ni quiere ser un problema para su grupo parlamentario.

La Mesa de la Comisión de Exteriores volverá a reunirse la semana que viene para fijar una nueva fecha para la votación. No en vano, este órgano se ha quedado sin presidente después de que quien fuera tercera autoridad del Estado, Jesús Posada, renunciara al cargo el pasado lunes para permitir el aterrizaje del exministro del Interior.

El PSOE cede a la presión

No obstante, los populares no son los únicos que han dado esta mañana un paso atrás. Los socialistas han acabado cediendo a la presión de Podemos y los grupos independentistas, que en los últimos días le habían pedido que diera un paso al frente y presentara un candidato alternativo.

Algo que ayer al mediodía, el portavoz parlamentario de los socialistas, Antonio Hernando, había rechazado de forma tajante. La presión mediática de algunos medios de izquierdas unida a un ácido comentario del exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a través de las redes sociales hicieron el resto.

Como consecuencia colateral, Hernando queda desautorizado. Ayer defendió que el acuerdo institucional existente permitía al PP situar al diputado de su elección al frente de la Comisión Exteriores. Y que, al no gustarles Fernández Díaz, lo más lejos que irían sería rechazarle votando en blanco esta mañana durante su elección -no existe el voto en contra en la votación de presidentes de Comisión-. Casi parecía reirse de la estrategia de Podemos. Hoy, su portavoz en la Comisión de Exteriores ha defendido todo lo contrario.

El PSOE resulta así ser el culpable del aplazamiento de la elección de Fernández Díaz. Pero no lo hubiera sido si no se hubiera visto espoleado por Podemos. La formación morada, en tándem con los partidos independentistas catalanes, había avanzado su intención de llegar hasta las últimas consecuencias para impedir el nombramiento de Fernádnez Díaz.

Como primera maniobra, Podemos registró esta mañana una petición para que la Comisión de la Calidad Democrática elaborara un informe sobre la idoneidad del político catalán. Asimismo, y desde ayer intentó convencer al resto de los grupos de que se levantaran antes de la votación para evitar que la misma pudiera celebrarse por falta de quórum, hasta que las conclusiones de este órgano fueran públicas.

Tanto ERC como el PNV se mostraron ayer de acuerdo pero el PSOE estuvo reacio. La posición de los socialistas era clave ya que para que Fernández Díaz resultara elegido se requiere un quórum mínimo de veinte diputados que PP, Ciudadanos y UPN no alcanzaban. Si el PSOE no acudía, el exministro no podría ser nombrado. Si lo hacía saldría elegido, con Podemos y los independentistas atacándole como responsable subsidiario por haberlo permitido.

Además, Podemos estaba dispuesto a jugar una segunda carta en una estrategia que buscaba dejaba a los socialistas aún más en evidencia. En una estrategia de tierra quemada, la formación morada iba a presentar a su portavoz en ese órgano, Pablo Bustinduy, como candidato alternativo para competir contra el exministro.

En principio, se trataba de una maniobra completamente estéril, ya que el PSOE había avanzado ayer que no apoyaría a ningún otro diputado. Tampoco lo harían Ciudadanos ni el PNV. Pero visualizaría a Podemos como el partido que realiza la oposición más dura al PP y los socialistas no han querido consentirlo.

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