El «procés» impide a Barcelona ser la sede de la Agencia del Medicamento

Tras meses de negociaciones y pese al esfuerzo del Gobierno, la candidatura catalana cayó eliminada mucho antes de lo esperado, en primera ronda

Michel Barnier (d), negociador de la UE para el Brexit charla ayer en Bruselas con el ministro holandés de Exteriores, Halbe Zijlstra (c) EFE
Enrique Serbeto

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Para las crónicas continentales, la noticia de ayer es que Ámsterdam ganó la carrera para acoger la sede de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) que dejará sus oficinas de Londres como consecuencia de la desconexión del Reino Unido de la Unión Europea . Para los españoles, lo que sucedió es que una candidatura extraordinariamente conveniente desde el punto de vista técnico, fue eliminada a la primera de cambio a causa de la inestabilidad política causada por el sarampión independentista. La candidatura de Barcelona recibió 13 votos en la primera ronda, aún menos que Bratislava , y fue eliminada en la primera ronda. También Bruselas y Lille (Francia) fueron eliminadas. Dublín, Malta y Zagreb se habían retirado antes de empezar la votación y solo pasaron la primera ronda Milán, Ámsterdam y Copenhague. Al final quedaron solo Milán y Ámsterdam y a falta de desempates por votación, la decisión se tomó por sorteo en favor de la principal ciudad de Holanda.

Todos los responsables políticos españoles que asistieron al Consejo de Ministros de Sanidad manifestaron su agradecimiento explícito a todos los escalones de la Administración que colaboraron en la preparación y la defensa de la candidatura, pero al final, nadie ignoró que la convulsa situación política en la capital catalana ha sido sin duda la mayor fuente de descrédito para una propuesta que reunía todos los requisitos y que antes del estallido del movimiento independentista era la opción favorita para los trabajadores de la agencia. La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat , intentó no hacer demasiada sangre en sus declaraciones, pero al final tuvo que admitir que el fracaso es uno de los «daños directos» que ha causado el desafío independentista en Cataluña . «Me atrevo a decir que este es quizá uno de los daños directos que nos ha podido llevar el independentismo a Cataluña, pero que ahora, más que nunca, todos juntos tenemos que trabajar unidos para continuar en este gran proyecto que es Europa y que es España. Realmente, la división y la segregación no nos llevan a ninguna parte. Hemos visto alguno de los efectos negativos a los que nos puede llevar la división y la segregación».

La ministra insistió en que el Gobierno «ha remado con mucha fuerza y en la misma dirección» y lamentó que «otros», en referencia a las fuerzas independentistas, no se hayan sumado con el mismo esfuerzo. Todo lo más ha tratado de distinguir entre los dirigentes políticos de la Generalitat y los «servicios» técnicos de la administración autonómica catalana y el Ayuntamiento de la ciudad. Montserrat se declaró «triste» como española y catalana porque se haya perdido una oportunidad «única» para la industria farmacéutica y para el entorno sanitario y universitario en España y que a pesar de que Barcelona era «objetivamente el mejor» emplazamiento, ha sido el ambiente creado por «los que quieren romper Europa» la causa de su descrédito.

El secretario de Estado para Asuntos de la UE, Jorge Toledo, que acompañaba a Montserrat en este Consejo, fue mucho más tajante al recordar que si «2.500 empresas abandonan Cataluña, no es la mejor forma de llamar a una agencia».

La ministra también ha reconocido que en los últimos días sus colegas «nos han preguntado por activa y por pasiva sobre la situación política en Cataluña», lo que demuestra que ha sido el factor más determinante a la hora de las votaciones.

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis , lamentó el resultado de la votación y dijo que espera que esta candidatura «sea la última víctima del procés».

En declaraciones realizadas en Madrid tras reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riyad Al-Maliki, Dastis dijo que en el Gobierno «estamos muy decepcionados».

El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, que reconoció que era un día triste para él, tampoco pudo negar que «ha habido un contexto político que no ha ayudado», aunque también que «no es el día para hablar de ello, porque eso no es lo que espera de nosotros la ciudadanía». «Estoy orgulloso de lo que hemos hecho y seguramente vamos a tener otras oportunidades en el futuro y debemos admitir que las otras candidaturas tenían también gran solvencia técnica».

Su compañero de consistorio, el concejal socialista Jaume Collboni, que sabe bien qué significa la inestabilidad política después de que la alcaldesa decidiera romper la coalición con el PSC, también acudió a Bruselas recordando que a pesar de ese «contexto difícil» del debate independentista, «el acto de promoción de la candidatura se pudo hacer» el mes pasado en la embajada de España ante la UE. Allí estuvieron la ministra Montserrat y él mismo junto al exconsejero de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, Antoni Comín, que también estaba ayer en Bruselas, pero en una situación bien diferente: huido de la justicia en España y a la espera de que un juez belga decida sobre la petición de que sea entregado a las autoridades españolas. Sus invocaciones a los beneficios de la unidad para beneficio de todos se le olvidaron enseguida.

Peor aún ha sido la reacción del que era entonces presidente de la Generalidad. En un gesto que demuestra que ha perdido toda noción de la realidad, Carles Puigdemont, que se encuentra también en Bruselas bajo control judicial a la espera de la decisión de ser entregado a España, culpó en las redes sociales al Gobierno de que no fuera Barcelona la elegida y lo atribuyó a los hechos del primero de octubre, que sus seguidores se encargaron concienzudamente de difundir y amplificar usando todo tipo de artimañas, precisamente para utilizarlo en sus planes separatistas.

Barcelona quedó en quinto lugar en la primera ronda de votaciones detrás de Milán, que es la que recibió más votos, Ámsterdam, Copenhague y Bratislava .

Tras una disputa en la segunda vuelta entre Milán, Ámsterdam y Copenhague, la final se resolvió por sorteo entre Milán y Ámsterdam, a favor de la holandesa ya que se produjo un empate técnico entre las dos candidaturas.

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