El PP insta a Cs y Vox a ser «generosos» para formar alternativas a la izquierda

Abascal insiste en llegar a un acuerdo global con la firma de los tres partidos

El secretario general del PP, Teodoro García Egea y la presidenta del PP de la Comunidad de Navarra, Ana Beltrán, ayer durante la rueda de prensa, en el Congreso EFE

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El Partido Popular, Ciudadanos y Vox abrieron ayer las negociaciones para intentar formar gobiernos municipales y autonómicos alternativos a la izquierda, pero lo hicieron en reuniones paralelas por el veto que el partido de Albert Rivera mantiene de forma férrea contra el de Santiago Abascal . Mientras en Zaragoza se reunían los comités negociadores del PP y Ciudadanos, en el Congreso de los Diputados se citaron las delegaciones nacionales de los populares y Vox. Fueron primeras tomas de contacto , todos coincidieron en que queda mucho camino por recorrer y que no será nada fácil y de momento la principal dificultad sigue siendo la negativa de Ciudadanos a sentarse con Vox. Abascal advirtió ayer de que solo aceptará un acuerdo global con la firma de los tres.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea , el hacedor del «pacto a la andaluza» con sendos acuerdos firmados con Vox y Ciudadanos por separado, observa como testigo el cruce de ataques de los otros dos. García Egea pidió ayer a uno y a otro responsabilidad y generosidad, que dejen a un lado «sus egos» para alcanzar acuerdos programáticos y conseguir el objetivo de formar lo que bautizó como «gobiernos de la libertad», en contraste con los «gobiernos del cambio» de la izquierda en las anteriores elecciones.

En la reunión del Congreso asistieron, por parte del PP, Teodoro García Egea y Ana Beltrán , y por Vox, Iván Espinosa de los Monteros , Macarena Olona y Enrique Cábanas . Tras dos horas a puerta cerrada, ambas partes coincidieron en que el PP y Vox han encontrado un «espacio común de diálogo», en el que seguirán avanzando en los próximos días. La siguiente reunión está prevista para el viernes. En el PP hay buenas sensaciones tras los primeros encuentros con sus dos aliados potenciales del centro-derecha, y ve posible reeditar el pacto a la andaluza, «en una versión dos» . Lo de sentarse o no los tres a la misma mesa, el PP lo ve secundario, porque tiene claro que el objetivo es que todos apoyen esos «gobiernos de la libertad», que tendrán en su programa como puntos básicos garantizar el orden constitucional, la unidad de España, la bajada de impuestos y la creación de empleo.

Sin vetos del PP

El PP se juega todo en esta negociación, tras un 26-M en el que retrocedió claramente en las urnas y quedó detrás del PSOE en muchos ayuntamientos y comunidades. Solo los pactos con Ciudadanos y Vox pueden salvar ahora a un partido malherido tras las generales, y por eso está dispuesto a dar todas las facilidades. Fuentes populares aseguraron que el PP no va a vetar a nadie cuando se negocie la constitución de mesas parlamentarias o gobiernos. Así, no les parece mal que Ciudadanos presida la Asamblea de Madrid, y tampoco que fuera Ángel Garrido el que ocupara la presidencia. «No hay ningún veto», subrayaron.

Desde Vox, por su parte, lo tienen muy claro: «O tripartito o gobierno monocolor», expresaron ayer fuentes del grupo parlamentario . Es decir, la única forma de que apoyen un acuerdo entre PP y Cs es que o Vox esté dentro o que Cs esté fuera. «Si se nos excluye de un acuerdo no podremos apoyar ese acuerdo», repiten como un mantra. No quieren caer en «el trágala» de la vía andaluza, dicen.

Cs estaba invitado al sanedrín –PP y Vox estaban dispuestos a negociar a tres bandas–, pero su rechazo a compartir mesa con los de Abascal forzó un encuentro bilateral como ocurrió en Andalucía, tras los comicios autonómicos del 2 de diciembre. «El PP, Vox y Cs tienen que alcanzar acuerdos para formar gobiernos alternativos a las izquierdas. Lo contrario sería una decepción para nuestros votantes», aseguró Espinosa de los Monteros, que dejó la pelota en el tejado de los liberales al subrayar que PP y Vox ya comparten un mismo espacio de diálogo. Las mismas fuentes parlamentarias de Vox aseguran que el contacto con el partido liderado por Rivera es nulo, aunque ayer Espinosa de los Monteros quiso dejar «la puerta abierta» a la formación naranja: «Confiamos en que se encuentre ese espacio de diálogo con Cs».

Vox y Cs, reunión impensable

A primera hora del día, en una entrevista en Esradio, Abascal insistió en la fórmula de acuerdos programáticos a tres en las regiones donde sumen, pero aseguró que si Cs continúa con su «cordón sanitario» la vía para desencallar será apoyar gobiernos del PP en solitario. «A mí me ponen entre la espada y la pared y cojo la espada, independientemente de las consecuencias», expresó, en relación a lo que aborda como «chantajes» de Rivera . Una reunión entre Cs y Vox es hoy impensable. Anteayer el Comité Ejecutivo de los liberales aprobó que solo se negociarán acuerdos de gobierno con el PP y «excepcionalmente y de forma subsidiaria» con el PSOE.

Rivera fue contundente ayer en Antena 3 y dejó claro que su partido no firmará ningún documento programático con el de Abascal: «Los órdagos, las pataletas, los cabreos, los enfados, los tuits, los titulares, sinceramente, no me importan». El presidente de Cs trató de situar a Vox en una dicotomía para forzarle a elegir entre el PP y Cs o la izquierda. A Vox no le vale con la «foto» prometida por Villegas para informarles de los pactos ya alcanzados con los populares, pero Cs insiste: no negociará.

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