Los portavoces y el «cerebro» del fin de ETA

Un pistolero huido, una mujer con sed de venganza y el hombre que marcaba la estrategia anuncian la disolución

Fotografía de archivo del ex dirigentes de ETA Mikel Albisu, «Mikel Antza» EFE

S.E

03/05/2018
Actualizado 04/05/2018 a las 08:15h.

«Josu Ternera» , exdirigente de ETA, viene a ser el último gran líder simbólico de la banda terrorista que está en libertad. A lo largo de su vida ha desempeñado prácticamente todas las funciones dentro de la banda. Nacido en 1950, ingresó con 20 años y una década después pasó a formar parte de su cúpula directiva. Ha sido pistolero, dirigente, parlamentario y «negociador», su último gran servicio al final del último proceso de diálogo entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ETA.

El 6 de noviembre del año 2002 le había citado a declarar la Sala Segunda del Tribunal Supremo. No se presentó. Se investigaba el atentado ejecutado bajo su dirección de la Casa Cuartel de Zaragoza en la que murieron 11 personas. Las fuerzas de seguridad estrecharon el cerco sobre él una vez que fue a visitar en una localidad del sur de Francia cercana a Andorra a su pareja. Cuando a primera hora del martes accedieron al lugar para detenerle, ya no estaba.

Antes de eso, la última pista se sitúa en Oslo (Noruega) donde estuvo junto a los también dirigentes de ETA David Pla e Iratxe Sorzábal tras el comunicado del cese definitivo de los atentados en octubre de 2011. Esperaban entablar una negociación con el Gobierno, ya de Mariano Rajoy, que no se produjo.

Luego, Soledad Iparraguirre, alias «Anboto» , entró en ETA en 1981, con apenas 20 años. Y lo hizo por venganza personal, después de que su novio, José Manuel Aristimuño, «Pana», muriera en un tiroteo con la Policía en Vitoria. Fue detenida y, tras quedar en libertad, abandonó la comisaría jurando odio eterno hacia las Fuerzas de Seguridad . Poco después ya formaba parte del «comando Araba» junto con, entre otros pistoleros, José Javier Arizcuren, «Kantari». Se le reacional con 15 asesinatos.

Y por último, Mikel Albizu Iriarte era el máximo responsable del aparato político al sustituir a «Txelis» tras la caída de la anterior cúpula en Bidart en 1992. Y como tal era el «cerebro» que marcaba los calendarios , objetivos y nuevas estrategias de la banda. Por ejemplo, tuvo mucho que ver con la siniestra decisión de poner en el punto de mira a los concejales del PP y PSE. Y, también, fue el artífice de la tregua solo en Cataluña tras entrevistarse con Carod Rovira.