Pablo, tú a la sala grande

Casado y Sánchez culminan un cambio generacional que busca el retorno a la fortaleza del bipartismo

El presidente, Pedro Sánchez, recibe en La Moncloa al líder del PP nacional, Pablo Casado EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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Hay nervios. Algo cambia en la política española, y tiene mucho que ver con la sintonía generacional. Albert Rivera todavía no ha sido convocado a La Moncloa desde que Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno. Mientras que a Pablo Casado, nuevo presidente del PP, se le concedió ayer el gesto de permitirle comparecer en la sala de prensa grande del Palacio de La Moncloa , en la que habitualmente se comparece tras el Consejo de Ministros y en la que el presidente del Gobierno comparece (cuando decide hacerlo) con los líderes extranjeros.

El actual presidente del Gobierno nunca compareció en esta sala siendo líder de la oposición. Y Pablo Iglesias y Albert Rivera lo han hecho en la sala reducida, la misma en la que estos días han estado compareciendo los diferentes presidentes autonómicos. Y en el PP aseguran que no tuvieron que suplicar mucho para que se les concediera este pequeño privilegio. «No hubo problema, nos la dieron sin pedirla», aseguran desde el PP.

Hay algo en lo que coinciden PP y PSOE, tal vez lo único, y es en la necesidad de reconfigurar el tablero político de un modo en que Ciudadanos y Podemos sean acompañantes imprescindibles, pero eso, acompañantes. Las posibilidades de acuerdos prácticos de calado entre ambos son escasos. «Anularía nuestra acción política», justifican desde el PP. En el Gobierno, por su parte, se ha insistido en las últimas semanas en otorgar al PP, ante la amenaza de Ciudadanos , el rol de principal partido de la oposición.

Al Gobierno le interesan sustancialmente dos cosas del PP: forzarlo a apoyar al Ejecutivo en cuestiones de Estado cuando sea imprescindible a la vez que escora a Pablo Casado a la derecha . La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, insistió ayer en catalogar al nuevo líder del PP en los postulados de la derecha xenófoba italiana. «Si hay derecha significa que hay izquierda» , suele decir uno de los principales asesores de Pedro Sánchez.

La imagen de Casado llegando ayer a La Moncloa, gesto muy serio, significa el retrato definitivo del cambio generacional en la política española. A sus 46 años el actual presidente del Gobierno es el más veterano de los líderes nacionales. Con 37, Pablo Casado es el más joven de todos. Con él, el PP cambia radicalmente el paso y entra en la competición de la comunicación, de la telegenia. Su reto es también que no se le escape el electorado mayor de 65 años, en el que el PP es fuerza hegemónica.

El 6 de mayo de 2013 el ahora líder de IU y por entonces diputado Alberto Garzón coincidía en una tertulia de televisión con unos más desconocidos Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera. La política en España ha cambiado mucho desde aquel día, pero Sánchez y Casado trataron de visibilizar una necesaria continuidad. Lo que Casado describió en la víspera: «En las cuestiones importantes para España, los dos partidos importantes, que somos el PP y el PSOE, podamos hablar y tener posiciones comunes dentro de la responsabilidad».

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