Pablo Iglesias aprieta a Pedro Sánchez y entra en la guerra de relatos

Montero asegura que el PSOE busca una investidura fallida y quiere el apoyo de Ciudadanos

Sánchez e Iglesias en Moncloa, en una imagen de archivo EFE

Gregoria Caro

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Si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pretendían prudencia y discreción para avanzar en un pacto de investidura a la vista está que no lo han conseguido ni por asomo. El ruido y los aguijones se han adueñado de las declaraciones de sus dirigentes y con un diálogo enquistado, amén de cuatro citas sin avances, PSOE y Podemos han entrado en una guerra de relatos que torpedea la negociación.

Ayer la portavoz en el Congreso de Podemos, Irene Montero, echó más leña al fuego y aseguró en los pasillos de la Cámara Baja que Sánchez admitió ante Iglesias que quería lograr el apoyo «de la derecha» y que de lo contrario «contempla una legislatura fallida».

«El candidato a la Presidencia nos ha comunicado que prefiere de momento buscar el apoyo de la derecha e ir posiblemente a una investidura fallida sin negociar nada», aseveró Montero. Su homóloga en el PSOE, Adriana Lastra , alegó que buscan una investidura exitosa y negó la mayor: « No entiendo las declaraciones de Irene Montero , porque no es así, no es esa la realidad», reprochó Lastra. Fuentes del grupo parlamentario morado habían precisado previamente que la intención del PSOE es buscar al líder de Ciudadanos, Albert Rivera , para que le facilite la investidura con su abstención sin necesidad de Podemos.

Al término del último encuentro entre Sánchez e Iglesias, fuentes socialistas aseguraron que el segundo no descartó votar en contra de Sánchez, lo que le sirve al PSOE para señalar un culpable de un adelanto electoral. Desde Podemos acusaron ayer a los socialistas de retorcer la conversación. «Vale, ya hemos entendido las reglas del juego», advirtieron. En las filas de Iglesias es palpable el hondo malestar que arrastran con la forma en la que el PSOE está gestionando estas negociaciones.

Iglesias mira a septiembre

Pese al fracaso de su última reunión con Iglesias, este lunes, desde el PSOE siguen manifestando que la intención del presidente del Gobierno en funciones es someterse a la votación en el mes de julio. Sánchez pone así contra las cuerdas a Podemos y les enfrenta al dilema de tumbar la investidura y abocar a elecciones.

Ayer, durante una conferencia sobre los servicios públicos en el Congreso, Iglesias no rechazó votar en contra de Sánchez, pero aseguró que el Gobierno de coalición está «más cerca de lo que parece aunque haya que esperar dos meses y medio para que eso ocurra». Iglesias mira con atención a septiembre; su jugada está en votar «sí» en un segundo intento de investidura del que el PSOE prefiere no hablar.

El líder de Podemos está aun así jugando con fuego , consciente de que la Constitución establece que «si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras» y convocará elecciones. Es decir, que Sánchez podría volver a presentarse o podría llamar a las urnas con Podemos en caída picada.

El órdago de Iglesias no preocupa por el momento al entorno de Sánchez, que se reunirá el próximo martes 2 de julio con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet , para fijar una fecha para la investidura, según informaron ayer fuentes socialistas. El candidato socialista se presentará al debate de investidura en julio, según indicó el PSOE, para tener un «gobierno progresista, europeísta y moderado».

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