Entrevista

Alejandro Fernández: «O el proyecto del PP catalán es potente o no habrá un mesías»

Renovó su escaño in extremis gracias al voto de los residentes en el extranjero; ahora suena, con Dolors Montserrat, para sustituir a Albiol al frente del PP

Alejandro Fernández, diputado del PP EFE

Daniel Tercero

-El resultado electoral del PP el 21-D es malo: pasó de once a cuatro escaños, ¿por qué cree que el PP catalán ha sufrido esta debacle?

-Hay una parte atribuible a la coyuntura, en la que hay personas que han visualizado una disputa entre Carles Puigdemont y Ciudadanos. Pero luego hay una parte que es atribuible solo a nosotros. Tenemos que hacer autocrítica y tenemos que mejorar. Sabíamos que bajaríamos, pero no esperábamos un batacazo de esta naturaleza. Si no leyéramos correctamente esto nos equivocaríamos.

-¿Cómo explica que el PP catalán, en las citas autonómicas no capitaliza el resultado que obtiene en las generales o que en las generales multiplique el resultado de las elecciones al Parlamento de Cataluña?

-Tiene muchas explicaciones históricas. El voto dual se ha producido siempre. Cuando pactábamos con CiU, muchos votantes votaban a CiU en las autonómicas y al PP, en las generales. Ahora se produce esto con Ciudadanos. En el PP catalán tenemos que reflexionar para analizar la utilidad de los populares y cómo nos percibe la sociedad. No voy a flagelarme públicamente , ahora, sobre esta cuestión. Pero es evidente que esta utilidad no ha sido percibida de manera clara salvo en periodos concretos, como entre 2010 y 2014, cuando parecía que podíamos dar la vuelta a la tendencia. Tenemos que analizarlo.

-¿Pedirán a Ciudadanos que les preste un escaño para que el PP tenga grupo propio?

-Todavía no hemos podido hablar sobre la estrategia que seguiremos en los próximos días. Nuestra voluntad es ejercer una cierta unidad de acción entre los partidos constitucionalistas y esto puede tener derivadas diversas, pero no lo hemos decidido. En cualquier caso, debe ir ligado a una estrategia de ver cómo relanzamos el partido y de la unidad de acción entre los constitucionalistas. Tampoco conocemos la predisposición de las otras fuerzas políticas sobre este tema.

-En el último Comité Ejecutivo del PP catalán no se hizo una valoración crítica del 21-D hacia fuera, pero sí se discutió sobre el resultado, hubo una dimisión y voces que pidieron un congreso extraordinario para enero, ¿usted es de este parecer?

-Hubo esta petición por diversas personas y nadie descartó ese extremo. Me gustaría recordar, de todas formas, que Xavier García Albiol siempre ha antepuesto los intereses del partido y del proyecto a los propios, y esto es lo que va a hacer siempre. Pero la reunión del Comité Ejecutivo fue el día después de las elecciones y tomar decisiones en caliente no es el camino. Estoy seguro de que Albiol hará lo mejor para el partido, como siempre.

-Si se celebra este congreso extraordinario, alguien que ha sido concejal, diputado provincial, diputado autonómico y diputado en el Congreso, como usted, ¿podría ser el relevo de Albiol?

-Me parece aventurado hablar de nombres. Ahora mismo, lo fundamental es analizar el proyecto, antes de pensar en liderazgos. Y esto no puede salir de una sola persona. Hemos de sentarnos todos, no sobra nadie, y diseñar el proyecto de futuro. Cuando tengamos este diseño ya veremos quién es la persona más adecuada para liderarlo. No habrá un mesías. O el proyecto es bueno, colectivo y potente o el liderazgo será lo de menos.

-Pero siempre será mejor que el líder del PP catalán sea diputado autonómico, ¿no?

-La lógica invita a pensar que el líder político tiene que tener una representación institucional del tipo que sea. Ocurre en todos los partidos y también en el nuestro.

-¿Cómo valora el resultado electoral del 21-D, que mantiene la mayoría de escaños a los partidos independentistas?

-Lo primero, no hay soluciones mágicas a problemas graves y el nacionalismo identitario catalán ha hecho mella en una parte sustancial de la población catalana, que se acerca al 50 por ciento, aunque no llega. Lo que tenemos, eso sí, es que su porcentaje de voto lentamente va bajando. Y el constitucionalismo, lento, va subiendo. Pero insisto, no hay soluciones mágicas, tendremos que convivir con ello durante tiempo.

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