El miedo a un posible contagio por COVID-19 está provocando un descenso en las consultas de otras patologías. El retraso de un paciente en acudir a la consulta de un especialista puede tener importantes consecuencias para nuestra salud. Muchos sufren patologías graves y no van al médico hasta que es demasiado tarde. Es el ejemplo de las apendicitis, que en este periodo se han duplicado. En algunos centros de salud ha disminuido el volumen de pacientes afectados por un ictus y también infartos agudos. Unas consultas que no debíamos de demorar por el riesgo que conllevan.-Redacción-
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