La menor vigilancia de costas por el Ramadán desemboca en una oleada de pateras

Desde el sábado han llegado más de 630 inmigrantes, aunque Interior descarta «mala fe» de Marruecos

Búsqueda ayer de un niño desaparecido al volcar una patera cerca de las costas de Cádiz Efe

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La menor vigilancia en las costas marroquíes asociada a la observancia del mes de Ramadán que acaba de empezar está entre los factores que habrían «favorecido» la multiplicación de pateras con 564 inmigrantes a bordo registrada desde el fin de semana en el Mediterráneo, a las que ayer se sumaron dos más con al menos 44 ocupantes. En una, detectada a primera hora, los pasajeros informaron de la desaparición de un niño que cayó al agua cuando la embarcación en la que viajaban volcó a pocos metros de entrar en la playa de Conil de la Frontera (Cádiz). E n ella se localizó también el cadáver de una mujer, al que cabe añadir el de un varón encontrado este miércoles en una zona de rompientes de Lanzarote horas después de que una patera llegara en plena noche a la isla con 11 subsaharianos.

Paralelamente, el país vecino comunicaba a través de su agencia oficial la interceptación ayer de una embarcación con 27 inmigrantes y el domingo de otras 16 embarcaciones con 151 más, todos los cuales fueron trasladados a Marruecos. Sobre el papel que podría estar desempeñando Rabat en esta crisis, fuentes del Ministerio del Interior expresaron su pleno convencimiento de que «no hay una voluntad expresa de mala fe» por parte del régimen alauí , aliado al que, al margen de instancias oficiales, en tantas ocasiones se ha atribuido la capacidad de manejar los flujos de pateras a capricho en función de sus intereses internos y exteriores.

Este repunte quiebra la tendencia a la baja en la presión migratoria que venía registrándose desde febrero y que, como ya destacó este diario, en abril había llegado a reducirse a la mitad con respecto al mismo periodo de 2018, una bajada inédita hacía años. Ahora, según las mismas fuentes de Interior, al comienzo del Ramadán se han unido las buenas condiciones meteorológicas el Estrecho y Alborán, aunque recuerdan que mayo es de por sí el mes en que tradicionalmente las cifras empiezan a subir todos los años y que en 2018, las incursiones de pateras por estas fechas habían sido más numerosas.

Entre los mandatos del Ramadán se cuenta el del ayuno –no comer ni beber, siquiera agua– durante las horas de día, lo que dificulta o impide el desempeño de muchos trabajos, sobre todo si hace especial calor. El mes sagrado del Islam tiene un seguimiento masivo en Marruecos. El pasado año, hasta su comienzo el 13 de mayo habían llegado a España en pateras 7.772 inmigrantes, y en el transcurso de su celebración hasta el 14 de junio lo hicieron otros 4.636.

Huir de la «mili» marroquí

Los contabilizados estos días superan ya los 630, si bien no hay cifras fijas ya que varias de las pateras han logrado llegar a tierra por sus propios medios y sus ocupantes huir antes de ser capturados, aunque luego en su mayoría son hallados por la Guardia Civil. Es el caso de los integrantes de una patera llegada ayer a Barbate, de la que el miércoles se consiguió localizar a una veintena de adultos, todos varones y de origen magrebí, que tratan con este modus operandi de escapar al control policial para esquivar expulsión segura a sus países de origen.

El paro galopante y la reinstauración del servicio militar está potenciando las ansias migratorias de los jóvenes marroquíes, que chocan con la determinación del régimen a impedírselo. Para evitar que sean atrapados en aguas territoriales y repatriados, las mafias comunican cada vez más tarde la posición de las pateras , que acaban alcanzando España por sí.

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