Los líderes nacionales toman posiciones ante las elecciones generales

Los autonómicas andaluzas son la primera etapa de un intenso periodo electoral y la primera cita con las urnas tras la moción de censura que ganó Sánchez

Las banderas nacionales han estado muy presentes en los mítines electoralesABC

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Las elecciones autonómicas en Andalucía son la primera etapa de un intenso periodo electoral que puede sacudir el mapa político español y la primera cita con las urnas tras la moción de censura de Sánchez. El resultado de hoy tendrá su lectura nacional.

Partido Popular

Génova pide tiempo para que cuaje más el «efecto Casado»

«No podemos hacer milagros». En Génova son conscientes de que el examen andaluz es uno de los más difíciles para el PP , y sus expectativas se quedan en mantener un segundo puesto, sin dejarse adelantar por Ciudadanos, y frenar la «sangría» de votos que se les ha ido por la derecha. Pablo Casado se ha involucrado al máximo en la campaña de un candidato que ya venía impuesto de antes, y que en las primarias del partido apostó decididamente por Soraya Sáenz de Santamaría. «Pablo no se juega nada, ha hecho todo lo posible, y solo lleva cuatro meses como presidente nacional», advierten en su gabinete. En realidad, el líder del PP se ha tomado esta campaña como un ensayo de las generales, y no oculta su satisfacción porque ha conseguido una movilización «como hacía mucho que no se veía en el partido», según comentan en su equipo, que ha recibido un aluvión de mensajes de afiliados para felicitar a Casado por «capitanear»la campaña, pero también para animarle a la «refundación del centro derecha». «Tenemos que volver a ser un partido de una sola pieza», le animan por el móvil.

Los populares están convencidos de que la campaña de Casado ha servido para frenar una fuga mayor de votos a Vox: «Quizás sin su campaña habrían logrado el doble, con sorpasso de Ciudadanos». En cualquier caso, en Génova piden tiempo para que el «efecto Casado» cuaje más en toda España , y confían en que la irrupción del partido de Abascal en Andalucía se quede en un «espejismo» que no se repetirá en unas generales. Los más de 20.000 kilómetros que ha recorrido Casado en Andalucía desde que es presidente será «la tónica general y el ritmo del partido desde ahora». «El que no lo siga, que se baje, porque no vamos a parar».

PSOE

El fortín andaluz, un termómetro para Sánchez

Conscientes de que la primera posición en las urnas en Andalucía está asegurada en el PSOE, se entienden estas elecciones como un refuerzo a la posición gubernamental. Pero no tanto como sinónimo de fortaleza sino como previsible debilidad de las alternativas al Ejecutivo. Además, pese a que será primera fuerza en las urnas, muy probablemente los socialistas cosecharán su resultado más bajo en la región. Sea por eso o por lo artificioso que supondría que Díaz y Sánchez manifestasen un vínculo más estrecho, tanto en San Telmo como en La Moncloa se ha evitado una simbiosis total.

Colaboradores cercanos al presidente afrontan esta cita con la tranquilidad de que son los comicios «en los que menos se juega» el presidente , porque la especificidad andaluza, por el peso del PSOE andaluz, hacen más achacable a la figura de Díaz la responsabilidad de los resultados sean estos buenos o «menos buenos», porque en el socialismo se da por descartado el escenario de unos malos resultados que derivasen en la pérdida del Gobierno. «Eso nos afectaría a todos», reconocen. Pero lo cierto es que son las primeras elecciones con Sánchez en La Moncloa y venderlos como un examen a su Gobierno será una clave automática. Y aunque es uno de los territorios menos propensos para la traslación al resto de España, que el PP haya presentado los comicios como primera vuelta de las generales favorece esa lectura.

En el Gobierno creen que PP, Ciudadanos y Podemos son, por este orden, los que más se juegan. Y se rechaza que los resultados tengan que condicionar la celebración de las elecciones generales. Sánchez no está «sometido a nada ni condicionado a nada», defendió la candidata.

Ciudadanos

Primera parada de la batalla contra el Partido Popular

El gran enemigo de Ciudadanos en las contiendas electorales están siendo unas enormes expectativas que, con excepción de las elecciones catalanas de 2015 y 2017, siempre se han demostrado demasiado grandes. Todavía descolocada tras los sucesos de la moción de censura que llevaron a Pedro Sánchez a La Moncloa y provocaron la renovación en el liderazgo del PP, Ciudadanos libra en Andalucía la primera batalla contra Pablo Casado. Y es que en estas andaluzas pocas cosas se juegan tanto en clave nacional como la disputa por ver quién lidera la oposición a Sánchez.

En Ciudadanos defienden que en ese duelo «es el PP quién más se juega» . Estas elecciones se viven para Ciudadanos en términos de oportunidad. Existen dos escenarios en los que se dirime para Rivera si las andaluzas serán un éxito o un fracaso. En términos generales lo más relevante sería sin duda la existencia de una mayoría alternativa a Susana Díaz que pudiera gobernar. Parece muy difícil y así se reconoce. El otro sería el sorpasso al PP, que aunque no sirviese para desalojar al PSOE de la Junta, sería muy relevante en términos estratégicos. Pero existe la sensación de que a Ciudadanos se le está haciendo larga la campaña, y que la pujanza de Vox le puede arrebatar varios escaños.

La formación naranja ha dicho que no volverá a facilitar la investidura de Susana Díaz , y confían en que sea Adelante Andalucía quien se lo facilite. ¿Pero qué sucedería si Ciudadanos es cuarto en las urnas y Teresa Rodríguez queda segunda y rechaza apoyar a Díaz? Es el peor escenario para Ciudadanos. La presión volvería a llamar a la puerta de Albert Rivera para un nuevo giro estratégico de su partido.

Podemos

El segundo puesto sería el primer premio

Mientras Partido Popular y Ciudadanos miran con recelo a Vox, Adelante Andalucía (la suma de Podemos e Izquierda Unida y partidos andalucistas) celebra su aparición porque sabe que la fractura del voto de la derecha les beneficiará hoy en las urnas. Las expectativas, de hecho, son conseguir ser la segunda fuerza política, por delante del Partido Popular y Ciudadanos. Un escenario que podría complicar la gobernabilidad de Susana Díaz ya que si Teresa Rodríguez es segunda querrá presentarse como alternativa y no como muleta del PSOE.

En la coalición de izquierdas saben que una victoria no es realista, por eso su objetivo de triunfo es lograr más escaños que hace cuatro años y superar en representación al PP y Cs. Lo que ocurra con Adelante Andalucía no cambiará el futuro de la política nacional porque Podemos está prácticamente posicionado para ser socio minoritario del Gobierno de Sánchez. No obstante, los éxitos de Teresa Rodríguez en clave interna pueden ser negativos para Pablo Iglesias porque volvería a demostrarse que donde Podemos es más fuerte es donde su marca está diluida y son parte de una candidatura más amplia. Además, un buen resultado de Adelante Andalucía reforzaría a la líder de la corriente anticapitalista y, tras la caída de Errejón, a la única voz con autoridad para enfrentarse a Iglesias.

Vox

Un látigo en el tablero electoral autonómico

El futuro de Vox se forjará dentro de las urnas andaluzas . Con cada acto siendo un éxito y con unos sondeos que inflan las expectativas de sus votantes, en el partido se enfrentan a un primer examen muy difícil. Todos los sondeos hasta la fecha sitúan a Vox con posibilidades de entrar en casi todas las provincias andaluzas. La línea entre el éxito y la decepción puede estar en centenares de votos. No lograr representación es ya un lujo que el partido no puede permitirse de cara a las europeas de mayo, su gran apuesta, y al resto de comicios.

Lo cierto es que el auge de Vox inquieta a los principales partidos en liza que han utilizado durante toda la campaña a la formación como arma arrojadiza. Su aparición supone la fractura del voto de la derecha que hace más difícil llegar a mayorías. De hecho, en el caso de que se consigan, ya tiene que ser un pacto a tres y no a dos con las dificultades que tienen PP y, sobre todo, Ciudadanos para pactar con Vox. La aparición de Vox supondría un puñetazo en la mesa solo comparable a la aparición de Podemos en 2014 y condicionará el futuro de Pablo Casado pero también de Albert Rivera.

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