El largo historial delictivo «sin sangre» del sicario charnego del crimen de Toledo

El presunto asesino de una mujer es definido por la Guardia Civil como «un individuo peligroso»

El presunto sicario acusado del asesinato de Mercedes es escoltado por agentes de la Guardia Civil a su llegada a los juzgados de Illescas Ana Pérez Herrera

Manuel Moreno

Nacido en 1978, Raúl Romero Aparicio (39 años) es un charnego: natural de Málaga, vivía en Barcelona desde hace años. Según la Guardia Civil de Toledo, que investiga el caso , es un individuo peligroso y cuenta con un largo historial de antecedentes policiales, la mayoría relacionados con delitos contra el patrimonio. Ninguno es de sangre, hasta ahora. «Pero no te lo encuentres en la calle», afirma un agente que le conoce.

Es un individuo de pequeña estatura, zafio y tosco, cuya imagen rústica no se asemeja a la idea que los ciudadanos en España pueden tener de un asesino asalariado .

Se cree que desde Barcelona bajó a Las Ventas de Retamosa para cometer el crimen el pasado viernes por la mañana. Probablemente, no viajó la misma noche, sino que descansó en algún alojamiento antes de ejecutar presuntamente el encargo. Después del crimen huyó hacia Barcelona en un coche de la marca Seat robado. Pero ese mismo día sufrió un accidente de tráfico en la A-3, a la altura del kilómetro 264, en sentido Valencia, dentro del término municipal de Fuenterrobles.

Huyó campo a través con una maleta en la que guardaba el arma homicida. Con la ayuda de un conductor llegó hasta Utiel (Valencia), donde fue detenido por la Guardia Civil sobre las 16:30. Vestía una especie de poncho y unos pantalones oscuros. Ayer, para su comparencia en Illescas, cambió de indumentaria: sudadera con capucha de color granate, una camiseta azul, un pantalón de chándal gris claro y unas zapatillas grises y negras con el distintivo de la marca Nike. Entró y salió del juzgado con la cabeza tapada con una capucha. Y la agachó, para no ser reconocido , cuando vio la presencia de las cámaras de televisión y de los reporteros gráficos.

En los primeros momentos, los investigadores de la Guardia Civil barajaron la posibilidad de un crimen relacionado con la violencia de género . Algunos medios de comunicación señalaron a algunas de las parejas que la víctima había tenido. Pero esta hipótesis de trabajo fue perdiendo consistencia durante el día. El accidente del presunto sicario y su posterior detención dieron un giro a la investigación.

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