Inmigración

Cruz Roja: «Lo que está pasando ya se veía venir, se empezó a percibir en 2017»

La ONG ha asistido ya en Andalucía a 16.384 rescatados, 514 menos que en todo 2018

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En el año 2016, el último en el que España registró una inmigración moderada tras la irrupción de la crisis, Cruz Roja asistió en las costas de Cádiz a 1.600 inmigrantes. En 2017 ya fueron 6.600. En lo que va de 2018, ya han superado los 8.000 sin contar todavía el pasado fin de semana, porque la acumulación de números y la intensidad de la actividad a veces hace imposible poner al día las estadísticas. «Lo que está pasando ya se veía venir . Se empezó a percibir en 2017 cuando en las costas andaluzas crecieron los rescates y las llegadas», constata Miguel García, portavoz de la institución en Andalucía, que señala que últimamente están teniendo que recibir voluntarios de otras partes de España para afrontar las intervenciones que se multiplican cada día.

Con equipos en Barbate, Tarifa y Algeciras dentro de Cádiz, más los desplegados en Málaga, Motril y Almería, Cruz Roja Andalucía presta atención fundamentalmente sanitaria en puerto a los rescatados por Salvamento Marítimo y en tierra a los que consiguen tocar el litoral por sus propios medios, como los subsaharianos que llegaron remando a bordo de una lancha neumática hasta una playa de Tarifa. Últimamente también se han localizado dos inmigrantes en un kayak. Pero lo normal es que aparezcan en embarcaciones cada vez más grandes, de 40 y 50 plazas, sobre todo a través de Mar de Alborán, aunque esa modalidad de pasajes masificados también se ha instalado en el Estrecho, donde las pateras gigantes han sustituido a las barquitas hinchables tipo juguete que llegaron a ser el medio de transporte en el 90% de los casos años atrás.

El portavoz de Cruz Roja no entra a valorar si este cambio es demostrativo del poder de las mafias que todo lo organizan. La institución no se ocupa de eso. Tampoco de analizar si las medidas del Gobierno, recepción del Aquarius incluida, están animando el tráfico en el Mediterráneo español. «La inmigración viene creciendo desde 2017, las cifras lo indican. Yo creo que no es un efecto llamada», zanja.

Las razones de índole política y económica que acompañan los vaivenes del fenómeno migratorio son complejas. Y una de las particularidades que Cruz Roja Andalucía está detectando en las llegadas de este año, -pero que también se vio ya en el anterior ejercicio-, es que cada vez se adentran en el mar para acceder a Europa a través de España más ciudadanos magrebíes. Son, fundamentalmente, originarios de Marruecos y Argelia. Los datos de esta ONG son que de las 16.384 asistencias que han llevado a cabo en lo que va de año, -solo 514 menos que en todo 2017-, cerca de una cuarta parte (3.960) ha sido a personas de esta procedencia, de las cuales casi la mitad (2.159) eran menores de edad. En el caso de los subsaharianos, se mantiene el perfil de inmigrantes adultos y varones, aunque cada vez se incorporan más mujeres.

Queda por delante un verano difícil de pateras. «Evidentemente, esperamos que la tendencia continúe», vaticina el portavoz.

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