Iglesias reclama a Sánchez un gobierno «a la valenciana»

El líder de Podemos demanda un gobierno de coalición con altos cargos de su partido

Ximo Puig y Mónica Oltra en junio de 2015, tras firmar el Pacto del Botánico Rober Solsona

Gregoria Caro

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Si el PSOE quiere que Podemos le apoye en la investidura de Pedro Sánchez el futuro gobierno del PSOE tendrá que incorporar a altos cargos de Podemos . Así de fácil es el pacto. O, al menos, lo es para Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos tiene muy claro que no volverá a apoyar a los socialistas sin conseguir un sillón en el Palacio de la Moncloa y ya ha empezado a exigirle al presidente en funciones un Gobierno de coalición.

En una tribuna publicada en El País, Iglesias recordó lo «imprescindible» de que su partido esté dentro del próximo Ejecutivo para que Sánchez no se vea empujado a «apoyarse en la derecha» en cuestiones económicas. También porque, según defendió, el PSOE no tiene mayoría parlamentaria suficiente para hacer frente a «las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox)». Por ello, Iglesias expresó que pelearán para «convencer» a Sánchez de configurar un Gobierno progresista , de coalición y que imite el «modelo valenciano». De hecho, antes de la marcha por el Primero de mayo, en Madrid, Iglesias repitió la misma idea en los siguientes términos: «El PSOE tiene que tomar ejemplo de Ximo Puig, que ha planteado que haya un gobierno con tres partidos (…) Ojalá Pedro Sánchez imite a Ximo Puig».

El Ejecutivo valenciano al que se refiere Iglesias se conformó tras las elecciones autonómicas de 2015, donde se unieron los tres partidos de izquierdas. PSPV-PSOE, Compromís y Podemos firmaron un acuerdo, conocido como el Pacto del Botánico , que trazaba unas líneas maestras en las prioridades de la gestión. En él se incluía que las dos primeras fuerzas gobernarían conjuntamente en la Generalitat mientras los morados darían apoyo desde fuera. Así se mantuvo durante toda la pasada legislatura, pese a que a mitad se le ofreció a Podemos entrar y lo rechazó ante el temor inicial de que podría pasarles factura.

Este Ejecutivo, formado por diez consellerias, tenía un reparto de cinco para el PSPV-PSOE y otras cinco para Compromís , y se basaba en el llamado «mestizaje». Es decir, dentro de cada departamento existía un juego de equilibrios en los altos cargos, de modo que si el primer escalón estaba dirigido por un socialista, en el segundo (secretarías autonómicas) y el tercero (direcciones generales) se encontraba alguien de la coalición (y viceversa). Un modo de aplicar contrapesos que en unas consellerias ha funcionado más que en otras. Recordados son, por ejemplo, los graves conflictos en Economía.

El escenario después de los recientes comicios en la Comunidad Valenciana ha cambiado y, con una nueva victoria de la izquierda, el futuro Gobierno autonómico -salvo un absoluto fracaso negociador- no sólo estará conducido por PSPV-PSOE y Compromís, sino que entrará Podemos junto a Esquerra Unida, con quien se presentó en coalición.

Ximo Puig está dispuesto a repetir la fórmula con un nuevo actor, aunque existe un debate sobre la revisión del método. El reparto plantea una seria dificultad y los socialistas, ante su notable crecimiento en votos, pretenden que se reequilibre a su favor con mayor número de departamentos. Hay quien propone que, como mínimo, quien ostente la conselleria y su número dos sí sean del mismo color para evitar fuertes choques como los que se han producido en algunos proyectos clave.

Todo se encuentra abierto y la distribución dependerá en principio de la representatividad, teniendo en cuenta cuestiones como las sintonías personales, que en ocasiones también han pesado.

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