Jordi Pujol y Marta Ferrusola salen de casa en su coche «para dar un paseo»

El lema «Si me atacáis a mí, atacáis a Cataluña» ha cuajado en el imaginario del independentismo catalán. El registro efectuado en la vivienda del expresidente Jordi Pujol, situada en la ronda del General Mitre de Barcelona, fue saludada por algunos transeúntes al grito de «Viva Cataluña». También se oyeron bocinazos que tanto podían significar un reproche a la gran atención mediática de esta nueva intervención de la Policía Nacional, como un aplauso a la lucha contra la corrupción, muy intensa estos días en Cataluña.

Pero lo más sorprendente de la mañana se produjo poco después, pasadas las diez de la mañana, cuando los patriarcas del clan salieron del inmueble a bordo de una furgoneta con rumbo desconocido.

En esos momentos no se sabía si iban a asistir a alguno de los 15 registros previstos. ABC ha podido saber que en realidad ambos habían dicho que querían salir de casa a «dar un paseo», quizá como mejor forma de combatir el estrés lógico que produce una situación como esta.

El despliegue de las furgonetas policiales, con destino a las casas de los hijos del patriarca, fue muy visible en la ciudad en general y en el domicilio de Pujol en particular. Vive en la zona alta, pero en una ronda muy hostil. La lluvia también lo fue, así como los espontáneos que hablaban de «libertad de expresión» para abroncar a los medios de comunicación. Cerca de las nueve de la mañana, una hora después del comienzo del registro, llegó Cristóbal Martell, abogado del famoseo catalán y de la familia Pujol. Expectación ante una portería con rejas blancas. ¿Premonitorio? En el nombre del padre, dicen que actuó Jordi Pujol Ferrusola, que estos días ha vuelto a casa por encontrarse lesionado. Pero aún no es Navidad.