El Gobierno se escuda detrás de sus aliados para no tener que ir al Parlamento

Los socialistas alertan de la crisis de crédito del presidente y en Ferraz cunde la sensación de que la única salida es ir a elecciones pronto: «Perdemos fuselaje»

Pedro Sánchez, en la sesión de control al Gobierno el pasado miércoles EFE

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Tras su semana más dura desde que llegó a La Moncloa, Pedro Sánchez inicia hoy su huida hacia adelante con la intención de zanjar la crisis de credibilidad surgida en torno a su tesis doctoral. El presidente se encomendó el jueves, el mismo día en el que ABC desveló los plagios en su trabajo , a sus aliados parlamentarios para intentar sellar la hemorragia reputacional que se llevó por delante a su ministra de Sanidad y le ha golpeado personalmente. Ciudadanos y PP le exigen que ofrezca explicaciones urgentes en el Congreso ante las acusaciones de fraude en su tesis . Rivera planteó ayer en entrevista con este diario sus tres grandes incógnitas: ¿La escribió él?, ¿cometió algún plagio?, ¿qué relación tenía con los miembros del tribunal?. Pero el presidente se parapeta en los mismos socios que le catapultaron a La Moncloa y que impedirán mañana en la Junta de Portavoces que salga adelante su comparecencia.

Podemos y los nacionalistas -ERC, PNV y PDECat- se han conjurado para ahorrarle al PSOE el trago de ver a su jefe de filas maltrechas examinarse en el Parlamento de un asunto que le persigue desde 2014. «Si ha superado dos elecciones generales y dos primarias con su tesis podemos estar tranquilos» , aseguraban los diputados socialistas el jueves mientras la dirección del partido y La Moncloa aireaban la teoría de la conspiración tras desvelar este diario las irregularidades en su tesis. «La derecha», denunció la portavoz del Ejecutivo, busca «abatir al presidente» y «boicotear» al Gobierno.

Síntomas de agotamiento

Pero aunque el mensaje oficial es que Sánchez «está fuerte, firme», en palabras de Isabel Celaá, lo cierto es que en el Partido Socialista alertan de que los síntomas de agotamiento del Ejecutivo son preocupantes en tan solo cien días de mandato. «Perdemos fuselaje», reconoce un cargo. El Gobierno «bonito», como se le apodó al gabinete socialista, vive horas bajas . Tras perder a dos ministros por fraude y desangrarse en luchas intestinas como la venta de bombas a Arabia Saudí, temen pinchar la burbuja de las encuestas. Que la opinión pública les dé la espalda y sin tener la mínima capacidad de reacción porque sus 84 diputados no le dan para más.

El único que se ha atrevido a decirlo en público fue el exalcalde donostiarra y diputado del PSE, Odón Olorza, en un ejercicio de exorcismo que el resto solo hizo en privado cuando estalló el escándalo sobre la exministra Montón: «El ejercicio de dimitir tiene un gran valor ético cuando es voluntario y se hace a tiempo . cuando es forzado por otros te deja muy mal cuerpo y resta confianza al gobierno y al partido», señaló minutos después de caer la ministra.

Sánchez y Rivera en una imagen de archivo Ignacio Gil

En medio de este aturdimiento , en Ferraz son cada vez más las voces que señalan que la salida de emergencia es ir a elecciones. Según un importante cargo socialista, Sánchez debería pensar en un aterrizaje electoral «cuanto antes» . Lo ideal, señalaban ya hace quince días estos dirigentes próximos a Sánchez, sería aprovechar el reclamo de unos Presupuestos -viables o no- que seduzcan a las bases de Podemos y colocarse en situación de ventaja en la casilla de salida hacia las urnas. Sánchez se centrará en los próximos días en confeccionar sus cuentas «sociales». A la vuelta de la esquina asoman Andalucía, las municipales, autonómicas y europeas. El Gobierno ha perdido el viento de cola que le impulsaba y ni siquiera les ha servido la exhumación de Franco, que quedó enterrada por la crisis de su tesis. Y desde La Moncloa insisten: no habrá adelanto.

Objetivo: mantener al PSOE

Por ahora, Sánchez cuenta con la ayuda inestimable de Pablo Iglesias y los partidos independentistas, que ya han confirmado que lo protegerán evitando que se explique en el Congreso pese a las sospechas en torno a su doctorado cum laude. Iglesias le instó antes a publicar su tesis. «Lo más sensato que puede hacer el presidente es hacer accesible su tesis y no dar ni media excusa a Casado para que no enseñe sus trabajos de máster», le reclamó haciendo de «jefe de gabinete» del presidente. De paso, disfruta con la pérdida de reputación del líder socialista. «El que hace trampa es porque no tiene coraje para ser honesto», escribió el viernes en su cuenta de Twitter parafraseando a Mario Benedetti.

Pero Iglesias, que ayudó a Sánchez a impulsar su moción de censura contra Rajoy mediando con Carles Puigdemont, sabe que la izquierda no puede perder ahora La Moncloa y arriesgarse a ir tan pronto a elecciones. Por eso anima a los partidos nacionalistas a actuar de pegamento en esta crisis del Gobierno . ERC y PDECat, más ocupados en el futuro judicial de sus dirigentes que lideraron el golpe separatista, también prefieren a Sánchez en el Gobierno para, llegado el caso, reclamar el indulto si son condenados. Lo mismo que el PNV, que desea exprimirle el jugo en forma de nuevos traspasos de competencias al País Vasco.

Guerra de currículos

Las hostilidades se han desatado entre el Gobierno y PP y Ciudadanos. Los de Rivera han recuperado el vigor perdido tras la caída de Rajoy y sacan ventaja de la guerra de los currículos. Ahí el PP se tapa como puede su propia herida de tener al líder perseguido por la polémica de su máster en la Rey Juan Carlos, que examinan los jueces. Este asunto persigue a Casado allá donde va -el sábado, en Lisboa, se le preguntó si dimitirá por ello- y en Génova reconocen que su oposición es más débil en el terreno académico. Pero Cs seguirá explotando esta cuestión, que le coloca de nuevo en el foco protagonista para desespero de los populares.

La pregunta a contrapié que Rivera le hizo el miércoles a Sánchez sobre su tesis ha vuelto a sacar a la luz la envenenada relación entre PSOE y Ciudadanos . Hace tiempo que Sánchez desprecia a Rivera, con quien hace dos años acarició el sueño de llegar a La Moncloa, merced a un pacto que Podemos frustró. Pero hoy es el único de los líderes nacionales que todavía no ha sido recibido en La Moncloa. Ni tiene fecha para ello.

Sánchez sí se vio, en privado, con su socio preferente, Iglesias, al que volvió a citar dejándole ejercer de vicepresidente económico in péctore recetando subidas fiscales y anunciando medidas sociales desde la sede del Gobierno. Al presidente del PP, Pablo Casado, lo recibió nada más ser aupado por los suyos . También al líder del PNV, Andoni Ortuzar. La portavoz socialista del Congreso, Adriana Lastra, no dirige la palabra a su par de Cs, Juan Carlos Girauta, según ha denunciado este último.

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