Se fuga un asesino de permiso con dos órdenes de alejamiento

Mató a su mujer en Telde en 2004 y tenía informe en contra de Prisiones y de la juez

Francisco Mejías González mató a su mujer de una treintena de puñaladas en 2004 Efe | Vídeo: ATLAS

S.E.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad buscan en Canarias a Francisco Mejías González , condenado por el asesinato de su mujer en 2004 , que no volvió a la prisión de Juan Grande tras un permiso penitenciario. El permiso, que expiró el día 27, se le concedió en contra del criterio de Instituciones Penitenciarias y de la juez de Vigilancia, según explicó la delegada del Gobierno en Canarias, Eleña Máñez.

El preso recurrió las decisiones y la Audiencia de Las Palmas autorizó el permiso. No es la primera vez que este individuo protagoniza altercados durante una salida del centro penitenciario: tiene en vigor dos órdenes de alejamiento de dos parejas sentimentales, informa "Canarias 7".

La delegada del Gobierno aseguró que, además de dictarse su busca y captura, se ha asignado protección a esas dos mujeres a favor de las que se dictaron sendas órdenes de alejamiento. A ambas se les ha comunicado que Mejías González está en paradero desconocido . Con estos antecedentes, es más que llamativa la decisión de la Audiencia de Las Palmas al concederle un permiso que ya ha vulnerado en anteriores ocasiones . Según algunas fuentes, un familiar llamó a la prisión para informar de que el reo no iba a volver a la cárcel y que le había manifestado su intención de atacar a una de las mujeres a la que el maltratador tiene prohibido acercarse.

Historial peligroso

El historial del individuo no deja dudas sobre su peligrosidad. Mejías González asestó a su mujer Fabiola González una treintena de puñaladas en 2004 , en presencia de dos de los tres hijos de la pareja. Fabiola lo había denunciado por malos tratos en 2001. Semanas antes del crimen él se había ido de la casa pero volvió para reanudar la convivencia. Ante la negativa de su mujer, él la degolló. Su hija de 13 años salió al balcón pidiendo auxilio: «Está matando a mi madre», clamó. La ayuda no llegó a tiempo para salvarla.

En octubre de 2005, la Audiencia de las Palmas le condenó a 19 años de prisión y le prohibió acercarse a sus tres hijos (que tenían 15, 13 y 9 años cuando el padre asesinó a la madre) en los siguientes 25 años.

La sentencia recoge la agravante de ensañamiento pero también se benefició de una rebaja de pena porque confesó los hechos.

Aunque ya había disfrutado de permisos, como se ha dicho, los psicólogos de la prisión de Juan Grande y la juez se opusieron a sus salidas posteriores al detectar una involución en su comportamiento. Catorce años después del crimen, el autor no ha mostrado ningún signo de arrepentimiento y se ha negado a participar en cualquier programa de reinserción. Las Fuerzas de Seguridad le buscan.

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